○ Capítulo 2 ○

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Bea es una chica agradable. Es un poco baja que yo,  pude notar que la mayoría de su ropa eran prendas colores claros, al menos una negra.

Varias chicas iban llegando y lanzando sus cosas para después salir rápido de la cabaña.

Bea comenzó a ayudarme cuando alguien comenzó a pitar seguidamente.

—Olvida eso, luego terminamos. —tomo mi brazo y me saco de la cabaña.

Corrimos hacia la cabaña más grande ya que todos hacían lo mismo. Tenia razón: era el comedor. Cada mesa tenia un pequeño papel con los colores de cada ¿equipo? Pidieron que nos sentaramos dependiendo el color de tu equipo.

Bea se sentó junto a mi y varias chicas y chicos fueron llenando la mesa.

—Espero que nos den la cena o moriré justo aquí. —comento una chica morena que se encontraba enfrente de nosotras.

Asentí aunque estoy segura de que no prestaria atención.

La chica encargada comenzó a explicarnos el porque se dividían en colores. Habra varias actividades donde trabajaremos en equipo. También sobre los horarios de la comida y de descanso.

Al momento de que termino todos comenzaron a gritar emocionados ya que comenzaron a servir la comida.

—Mi nombre es Mia. —dijo la chica morena. Voltee a verla y me sorprendió un poco al darme cuenta de que me hablaba a mi.

—Lana, un placer. —me di una palmada mentalmente ante tal saludo.

《¿No podrías ser más anticuada?》

Mia solo dio una sonrisa y no pude evitar pensar que era para ocultar una carcajada.

—Ire al baño. —avise y me pare rápidamente.

Llegue al baño y lave mi cara varias veces con agua fría.

《Controlate, por favor.》

—¿Me pasaría un poco de papel? —reconocía esa voz. Jasmine.

Voltee y pude ver sus pequeños pies colgando por la parte baja de la puerta. Solté un carcajada y le tendí el papel.

   —¿Lana? —pregunto confundida. No le respondí hasta que salio del baño y sus ojitos se abrieron de sorpresa —. ¡Lana!

Me abrazo fuertemente y yo a ella.

—No te lavaste la manos, cochina. —arrugue la nariz y ella rodó los ojos —¿De donde entraste?

Termino de lavarse las manos y comenzo a sacudirlas en el aire salpicando todo. Rode los ojos.

—De esa puerta —dijo obvia señalando con la cabeza. Voltee a tras mio y había otra puerta—. Los comedores estan unidos, tontita.

Me di una fuerte palmada en la frente para despues negar con la cabeza.

—Que tonta soy —dije y voltee a ver a Jasmine que ya no estaba—¿Jass?

Sali del baño y me apresure a llegar a mi mesa. La comida ya estaba un poco fría, pero igual podría comerse.

—¿Por qué tardaste y por qué tienes roja la frente? —pregunto Bea mientras le mordía a su taco.

—Me encontré con mi hermanita. Y esto  —señale mi frente— solo fue un golpe.

Bea asintió y comenzó a presentarme a la mesa. Todos se veían amigables, un chico rubio comenzó a preguntarme si terminare mi comida mientras que un moreno le daba una palmada en la cabeza pidiéndole que se comporte.

Al terminar la comida pidieron que fuéramos a nuestras cabañas, tendriamos lo que restaba del día libre. Termine de acomodar mis pertenencias y me acerque a la pequeña estancia de la cabaña donde estaban las demás chicas formando un circulo en medio. Mia, que no me había enterado hasta la hora de la comida que estaba conmigo; Sophia, una chica rubia muy agradable; Cris y Melissa, que eran gemelas, y por último esta Eli, que era la única que tendría la habitación sola.

—Venga, que tienen que durar al menos medio campamento. —dijo Cris sirviendo una gran bolsa de papas.

—No creo que eso sea posible...—dije mirando las papas.

—Créeme. Lo es. —dijo Melissa mientras colocaba su cabeza en mi hombro.

—¿Algún chico que les haya gustado, pequeñas? —pregunto Eli con una sonrisa picarona.

—Vamos, Eli, nos dices pequeñas cuando eres la menor de aquí. —dijo Bea y Eli le saco la lengua.

—De hecho hay uno —intervino Melissa y volteamos a verla—, no se muy bien su nombre, creo que es Nate.

—Hey, el es mio. —exclamó Cris mientras le lanzaba un cojin.

Y así comenzaron hasta que en un momento todas estábamos tiradas en el piso riendo, con papas y cojines alrededor de nosotras.

—Chicas. —llamo Cris.

—Mande. —respondimos al unísono.

—Me deben unas papas.

—Oh, cierra la boca. —bromeo Mel y al momento en el que iba a tomar un cojin para lanzaro hacia su hermana la puerta se abre dejando ver a una chica rubia.

She is my HeWhere stories live. Discover now