Querido diario...hoy vi un ángel, se veía tan hermoso, sentado en el último banco, con sus ojos mieles y sus rulitos, no sé su nombre y no creo que él sepa el mío pero ahí estaba él, con su indiferencia y sus auriculares, viendo todo desde su lugar, observando, analizando e ignorando... Igual lo hizo conmigo.