primera y única parte.

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the truth runs wild like a tear down a cheek.

Niall se encontraba sentado junto a su familia en la Iglesia cercana a su casa, escuchando las palabras del sacerdote. Hace media hora había empezado, y se estaba aburriendo, cosa extraña ya que el rubio disfrutaba bastante escuchar las palabras del Señor, amaba hacerlo.

Una pequeña mano tocó su espalda, y cómo el curioso que era, volteó hacia atrás buscando a la persona que lo tocó; era una pequeña niña rubia con largos rizos que usaba un vestido rosa con un gatito blanco estampado en él. Niall al ver a la niña, le sonrió un poco, pero la niña sonrió mucho más, para después señalar al gatito de su vestido y soltar un pequeño "meow". Una risita se le escapó de los labios al rubio y rápidamente se tapó la boca, asustado.

"Guarda silencio, Niall. Estás interrumpiendo al sacerdote, y le faltas al respeto al Señor, ¿acaso te gusta molestarlo?" bramó enojada Maura hacia su hijo, quien no tardó en mover su cabeza de un lado a otro, negando efusivamente hacia ella, ¿cómo querría molestar a quien más ama? "Entonces cállate, por favor" le dedicó una dura mirada, haciendo que Niall se encogiera en sí. "Ah, y tranquilízate, vas a apestar la Iglesia" el omega asintió, y se encogió aún más. Estaba largando feromonas, haciendo que su olor sea amargo y ácido, y a nadie le gusta que un omega huela así... o al menos eso le han dicho sus padres.

Enfocó su vista en sus zapatos viejos y percudidos, de repente eran bastante interesantes para admirarlos. Enlazó sus manos y las acarició con sus pulgares, frotándose entre sí. Estaba nervioso... y aburrido. Nunca le había parecido aburrido venir a misa.

¿Qué está pasando conmigo?

(...)


Niall se encontraba frotando sus piernas entre sí, tenía ganas de hacer pipí. Sí, quería orinar. Había escuchado de unas chicas que para aguantar las ganas de orinar tenías que cerrar las piernas y hacer presión, pero empieza a creer que eso sólo funciona con ellas.

En cualquier momento iba a explotar. Llevaba aguantándose las ganas de ir al baño por más de una hora, y eso era un récord para un hombre como él que orina cada 3 minutos.

Y ya estaba teorizando; si no iba al baño, no orinaría, cosa que haría que su pene explotara, provocando que un montón de venas y arterias se reventaran, y después sangraría a borbotones, sus preciadas converse se teñirían de rojo, y finalmente moriría. Morir. Bueno, al menos si muriese, iría al Cielo... al paraíso.

"Mamá, en serio que necesito ir al baño, si sigo a-" una mano que tapó su boca le interrumpió. Ew, qué asco, sabe salada.

"Bueno, ya, ve al baño. Te quiero aquí en 5 minutos" Vaya, ya era hora.

Niall se levantó rápidamente de su asiento y caminó entre montones de pies y piernas tratando de no tropezar con alguno de ellos, musitando bajos "lo siento, permiso" a las personas para que le dejaran pasar. Vaya que mucha gente cabía en una sola banca, eh.

Al lograr salir de la banca, prácticamente corrió hacia los baños, y al entrar en ellos, suspiró de alivio al encontrar un cubículo libre, limpio, y con papel higiénico. No tardó en entrar, bajarse el pantalón y el bóxer y sentarse en el inodoro para a continuación poder hacer sus necesidades. Por si las dudas, exacto, él orina sentado, ¿algún problema? Es más higiénico, y así no manchas el asiento del inodoro. Niall realmente odiaba sentarse y sentir la humedad de la orina en sus muslos, tremendo asco, joder. Aprendan, hombres del mundo.

"Oh, Jesús, gracias" suspiró una vez más, y recargó su frente contra la puerta del cubículo. Qué alivio, esto es un verdadero placer de la vida.

heaven; z.h  (o.s αβΩ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora