Y me traicioné, me dejé llevar por tus ideales, por tus sueños, y los hice míos, a pesar de que no me hacían feliz. Pero tú sí que me hacías feliz. Me hacías tan feliz que dejé de mirar lo que veía y de escuchar lo que oía solo para centrarme en ti. Y cuando te fuiste mi mundo se desmoronó. Porque tú, tus ideales baratos, y tus sueños prefabricados..., fuisteis todo mi mundo.
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Reflexiones
Non-FictionYo, aquí, soltando emociones y transformándolas en ríos de palabras y mares de letras.