capítulo único.

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advertencias: muy ligeras insinuaciones de relación dom/sub, reciclanding(?), top!youngjae, ups(?).

YoungJae apenas se ha recostado entre el aroma desconocido de la cama de hotel cuando su teléfono en la mesita de noche comienza a vibrar molesto al ritmo de la canción que tiene para tono de llamada.

Gruñe por debajo de su aliento, porque no quiere que nadie le llame, YoungJae solo quiere dormir. No ha sido un mal día, pero ha estado cada hora y cada minuto repleto de hojas de papel y números y una agobiantemente larga reunión con los socios de la empresa. Y, vale, sí, YoungJae no es tonto, él sabe que un viaje de negocios significa estar ocupado todo el día, mucho más si él fue ascendido hace solo dos meses, pero de todos modos eso le pone cansado al final del día.

Lo único bueno de la maldita llamada, que lo último que al parecer quiere es ser ignorada, es que el nombre de su novio se pone en la pantalla del móvil.

Bueno porque puede decirle a DaeHyun sin remordimientos que deje de joder pelotas, ya que YoungJae está cansado.

—Oh, ¿qué pasa, Jae? —la voz cantarina de DaeHyun al otro lado del teléfono le dice a YoungJae que algo no está como debería estarlo —. ¿No quieres oír lo que tengo preparado para ti, entonces?

El pelinegro deja salir un suspiro pesado y cierra los ojos mientras se lleva la mano a la cabeza para masajear sus sienes con cuidado.

DaeHyun —su tono de voz es firme cuando presiona el nombre en su lengua y a través de sus labios —, ¿qué haz hecho?

La pequeña risa traviesa que suelta DaeHyun le mima un poco los oídos, calmándole y pateando lejos la jaqueca que quería comenzar a fastidiar a YoungJae, pero él de todos modos agudiza sus sentidos cuando DaeHyun se tarda un poco en responder y ha empezado a balbucear cosas que YoungJae no comprende.

No puede entender si el chico le está molestando porque le echa de menos, que es como suele pasar cada vez que él o YoungJae tienen que dejar la pequeña casa que alquilan juntos en Seúl por algún asunto importante; o quizás DaeHyun quiere hacer algo sucio por el teléfono.

No es la primera vez que algo como eso pasaría, y, aunque DaeHyun es en muchos niveles más extrovertido que YoungJae, a él, de hecho, sí le da pena pedirle ese tipo de cosas, incluso después de tanto tiempo de relación estable que ambos llevan.

—Me he hecho un tatuaje, Jae —la dulce voz de DaeHyun suena en un ligero susurro, por poco enmudeciendo sus palabras, pero YoungJae sí alcanza a oírle y ahora ha abierto sus ojos, mientras se sienta derecho en la cama.

Los pensamientos que querían comenzar a ensuciar su mente al imaginar a DaeHyun gimiendo a través de su celular mueren de inmediato cuando repasa una y otra y otra vez las palabras del moreno.

—¡¿Qué?! —no es que a YoungJae le molesten los tatuajes, y aunque lo hicieran, él sabe que no es su problema el que DaeHyun haya decidido tatuarse.

DaeHyun, además, tiene un par de perforaciones en el cuerpo, unas que YoungJae ama, y el chico le había dicho ya antes que quería tatuarse alguna vez también, aunque tenía que pensárselo mejor.

Ahora, el problema es que DaeHyun se ha hecho un tatuaje cuando YoungJae no estaba y no, no está bromeando, porque DaeHyun siempre bromea pero él nunca miente. Se lo recuerda a YoungJae cuando ya le ha preguntado por quinta vez si es que DaeHyun va en serio.

—¿Qué te haz tatuado? ¿Y dónde? Diablos, DaeHyun, ¿por qué cuando no estoy yo allá? —YoungJae no sabe qué es lo que debe preguntar primero, así que todo deja su boca de manera brusca y rápida —. Te lo haz hecho con YongGuk hyung, ¿verdad? DaeHyun, escucha, sí no lo haz hecho en el salón de YongGuk--

nobody puts baby in the corner » daejaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora