Pide un deseo.

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Es Navidad.
Hay luces brillantes en cada ventana, colores chillantes y aromas dulces por todos lados. Esa noche es muy fría y casi parece que va a nevar, quizá en la madrugada, pero el cielo se ve tan despejado que las pocas estrellas brillan demasiado. A Ichimatsu le gusta esa clase de clima, así podía acurrucarse en su cama con sus cinco gatos en el departamento en el que vive solo.

Las parejas van de un lado a otro tomándose de las manos, riéndose, abrazándose con afecto. Algunos son de lo más hipócritas, el próximo mes volverán a su vida normal, a sus pensamientos amargos, a despreciar a los demás olvidándose de sus promesas... otros en serio parecen felices compartiendo sus vidas con otra persona. Ichimatsu jamás se ha considerado hipócrita, cuando algo le desagrada es muy honesto al respecto. Quizá demasiado.

En años anteriores, Ichimatsu se limitaba a comprar sardinas secas y un pastel para él solo, para después encerrarse en su departamento hasta que toda la fiebre navideña acabe. Pero este año era diferente, todo era tan diferente en su vida que no sabría decir en qué momento todo dio un giro de 180 grados.

Un idiota había puesto su mundo de cabeza. Era doloroso, atractivo, de voz profunda y dientes perfectos, un narcisista que combinaba palabras en inglés al azar. La primera vez que lo conoció, él trataba de coquetear con una chica y recibió una bofetada que casi le rompió todos los dientes.
Cuando una semana después,  Karamatsu lo invitó a una cita, casi se ríe en su cara; después de que insistió otras 25 veces, Ichimatsu se fastidió y aceptó la propuesta sólo para que le dejara en paz.

En esa cita fueron a un café cat, en el que había más o menos diez gatos que podías consentir y abrazar mientras comes un bocadillo. Vale, Ichimatsu aceptó que eso le pareció muy tierno y dulce... fue cuando Karamatsu empezó a derribar todas sus defensas y empezó a enamorarlo con pequeños detalles.  Le costó mucho trabajo, pero finalmente consiguió conquistar al arisco gato. Ha sido un año muy interesante: su primera cita, su primer viaje fuera de la ciudad, tuvieron su primera vez... su primera pelea, la primera noche de sexo de reconciliación. Maldita sea, ese Karamatsu podía ser un tonto a veces, un tonto doloroso, pero cogía como un dios. Cuando Karamatsu decía su nombre con voz ronca y sensual en el momento que hacían el amor, Ichi sentía que el corazón se le saldría por los poros.

Ahora Ichimatsu sentía que estaba en alguna especie de sueño o quizá en una especie de coma, pero estaba feliz y no quería despertar nunca. Pronto llegó a la plaza con una boba expresión y las mejillas rojas, a causa del frío o tal vez, por estar pensando en su doloroso novio.

La razón para estar afuera esa noche tan fría de Navidad, es que Karamatsu lo citó en medio de la plaza principal para algo muy importante

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La razón para estar afuera esa noche tan fría de Navidad, es que Karamatsu lo citó en medio de la plaza principal para algo muy importante. Eso puso nervioso al minino, ¿de qué quería  hablar?. Debía ser algo serio ya que ellos habían quedado de verse hasta el día siguiente para pasar todo el día juntos, así que debía ser algo muy urgente o algo muy malo. Muy muy malo.

Ichimatsu miró el enorme árbol decorado que hay en la plaza, es muy brillante y hermoso. Alrededor hay algunas bancas vacías así que el gatito se sienta para esperar a su pareja. Alza la mirada fijándose en algunas estrellas... la duda lo estaba matando lentamente. Necesitaba saber qué era.
¿Qué era tan importante como para que Karamatsu lo citara esa noche? Era algo que no podía esperar. Quizá quería terminar su relación.... esa posibilidad lo hizo estremecer violentamente y que su pecho doliera. Era muy probable ya que Ichimatsu no era  cariñoso con nadie y cuando Karamatsu quería mimos o un beso, él lo apartaba de un golpe. Tal vez se hartó de sus malos tratos y quería ponerle fin a esa horrible relación.

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