Número 1.

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12 de julio del 2009.

Ava Ray.

¿Como obligar a el corazón, a sentir amor hacia una persona?
Esa frase tan escuchada, bailaba en mi mente.
Mientras seguía cuestionando a mi corazón y a mi mente.

Me observaba en el gran espejo, con un caro vestido blanco, de novia. Un maquillaje esplendido, los zapatos altos. El ramo de girasoles y el velo que cubría mi cara, siendo de una tela traslúcida.

Las lágrimas caían a mis mejillas, llevando consigo, poco a poco el maquillaje.

No quería ir al altar, no quería casarme, no quería a Selin.
No quería salir de aquí, menos cuando sé que él está entre los invitados.

-Ava, es la hora.-Dijo mi madre con una sonrisa.-Te ves hermosa.

La gran incógnita es: ¿Por qué me caso con alguien que no amo?
Simple: Mis padres quieren el gran trato con los padres de Selin, que consta en exportar el vino a Truquía, su país de origen.

-Iré en cinco segundos.
-Dije, haciendo una seña para que mi madre saliera.

Levante el velo, seque las lágrimas y fingí una ancha sonrisa.

Salí de la habitación, y cruce el brazo con el de mi padre.

La música sonaba ligeramente y Selin estaba en lo alto del Altar.
Los invitados se levantaron de sus asientos y sonrieron.

Empezamos a caminar, con pasos tan decididos.
Llegando al altar estaba el, mirandome con tristeza, y baje la mirada.

-Cuídala como si fuera tu vida. Y si ella sufre, no volverás a Inglaterra.-Dijo mi padre serio.-Espero que sean felices.

Me abrazo.

-No la cuidaré como si fuera mi vida. La cuidaré, por que ella es mi vida.
-Dijo Selin.

El si me ama, pero eso no fue suficiente para ganar mi corazón.

-Estamos aquí reunidos, para presenciar la unión entre Ava Amanda Ray y Selin Sezgin. Estos dos jóvenes, es la prueba del amor, y están dispuestos a sellar su amor. Hasta que la muerte los separe.

A partir de ahí, mi mente quedo en blanco, y no escuchaba nada más. Solo observaba como el sacerdote hablaba.
Y después tenía un anillo en mi dedo.

-¡Qué vivan los novios!
-Gritó mi madre.

⭐⭐⭐

12 del 2009.

North White.

Una, dos, tres, copas de Whisky.
Hoy vería a la que sería el amor de mi vida. Mi amanecer en una noche turbia, la calma en la tempestad, mi vida en una persona.
Llegar a el altar, para desposarse con otro.

Y al estar en ese jardín, decorado con algunas antorchas en la entrada, y los asientos de los costados estaban siendo adornados por pequeño ramos de girasoles. El ambiente por si solo, era agradable para las demás personas presentes, pero para mi. Se sentía como el mismo infierno.

Tomé asiento al costado, y me puse en pie, cuando escuche una leve melodía; anunciando la llegada de la novia.

Su vestido se acoplaba a su figura, la traslúcida tela, que tapaba levemente su hermoso rostro. Y sus brazos sostenían un delicado ramo de girasoles.

Observó directamente a lo alto del altar. Pero nunca sonrió.
Camino lentamente, y al llegar a mi, le dedique una mirada triste y ella solo bajo la cabeza.

Y así fue como el destino me la arrebató, cruelmente.

Y así fue como terminamos en un amorío secreto, entre el viñedo de su familia.

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⏰ Última actualización: Jun 04, 2020 ⏰

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