Capítulo 7: Día uno.

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7

Una bofetada le llega al rostro, veo cómo algo espeso se desliza, un líquido rojizo cae a su polera.

– ¡Asquerosa perra! – grita. No puedo salir corriendo, solo miro atenta.

Y otro golpe viene directo a su cien, cae al suelo, inconsciente. Él se va, no sin antes escupirme.

Mami.

Mami no se mueve.

Mami está fría.

Mami, quiero jugar.

Mami.

Mami no me responde, mami  no me mira.

Cojo mis muñecas y les hago un peinado.

Me quedo dormida al lado de mami.

Me despierta un estruendo.

Una mujer de azul con gorra me toma en brazos mientras otro señor tapa a mami.

Mami.

Ven.

Despierto asustada y sudada, me quedé dormida en la banquilla.

Soñé con mamá, mi mamá biológica, pero no entiendo ¿cómo la recuerdo?

El recuerdo, otro tipo de herida, otra cicatriz.

¿Se han sentido lo bastante rotos por dentro? Pero sigues disimulando, y no sabes qué duele más, si el hecho de estar aniquilado interiormente o saber que no hay nadie ahí para oírte, para apoyarte. Y me vuelvo a preguntar, ¿qué se sentirá ser querido, amado?

Sea por familia, amigos, pareja, quien sea.

Mas, ¿cómo se sentirá?

Miro a mi alrededor mientras deambulo por el lugar y solo veo hojas caer, viento correr y secar mis lágrimas que amargamente caen por mis mejillas.

Nadie se imagina la tormenta que llevo dentro, nadie sabe el tornado que se desarrolla en mi interior.

De la nada alguien toma mi cadera y me pega junto a sí, voy a gritar cuando me dicen “hola pequeña”

Su voz.

Esa voz, esa dulce y cálida voz.

– Ryan – afirmo.

Una risa malévola se escucha.
- Tu príncipe azul te dejó botada... hija.
¿Hija?
- Suéltame bastardo - mascullo. Luego de eso, no sé nada más.

Huelo a grasa quemada, palos enardecidos por las llamas, aceite barato  de auto y a gasolina, debo estar en un taller o algo similar.
- Despertó la nena - dijo uno cuyo mal alimento me llegó a la nariz. Lo miré un momento: ojos negros penetrantes y oscuros, estatura media, tipo oriental pero hablaba perfectamente español. Tatuajes raros de símbolos, ropa andrajosa y sucia.
Giro mi cuello en 90° y veo a otro de espalda, de voz grave y alto, aproximadamente 1.80 mts. Me parece conocido.-
Un tercero mira por el hombro del joven y dice:
- Eh, Caimán, dale agua y una hogaza de pan.
Este, el que yacía cerca mío, asiente y se va.
- Así como te decía, Nómada, ella es el principal objetivo para el jefe, él la capturó gracias a que le engatusaste y trajiste más cerca de nosotros. En Texas era imposible.
El chico Nómada se gira  y sé de dónde lo conozco.
Claro, cómo tan ilusa, siempre ha sido él.
Siempre.
- Gracias Ryan, perdón, Nómada.

El que hablaba se fue y Ryan, Nómada, ya no sé cómo llamarle; se acerca y pone frente a mí.
- Princesa no es lo que crees, yo...-
Mi escupo lo aleja.
- "Extraño a mamá y mi hurón", ¿te suena conocido? Ah claro que sí, si tú dijiste eso, maldito mentiroso. Y pensar que tú... -
- ¿Yo qué?
- Me gustabas, pedazo de idiota.
Me largo a llorar y me mira desconcertado.
- Debo hacer esto por tu bien, luego te explico todo. Y y-y-yo, tú me gustas. Guarda silencio y no recibas nada si yo no estoy, quieren abusar de ti pero no lo hacen porque estoy yo.

No entiendo nada pero le hago caso. Llegan los otros dos hombres y dice uno de ellos:
- Puedes irte Nómada, la cuidaremos.
Ryan responde fuerte y claro:
- No. Váyanse ustedes, yo me quedaré con ella. El Jefe confía en mí solamente.
Los otros lo fulminan con la mirada y se marchan del lugar, tirando el pan y el agua.
Cuando ellos están lo suficientemente lejos, Ryan habla.
- Tu padre biológico me contrató para atraparte, te seguía en tu casa, tus idas al Círculo, averigüé todo de ti, de tu madre, del niño, adonde ibas cuando estabas mal.
-  El parque - digo.
- Sí. Mis órdenes acabaron cuando te encontré y di tu información, pero no pude alejarme. Quería conocerte a ti, tus gustos, lo que odias. Todo. Esa noche cuando me hallaste, sentí que te colocaba en peligro. Te dije eso tan cruel para que te fueras y estuvieras a salvo, sin embargo, no pude evitar gritar para que volvieras, siempre quiero que vuelvas. Le dije al jefe que quería estar dentro de nuevo, pero esta vez, para cuidarte.
- ¿por qué todo esto?
- El Jefe, es decir, tu padre te quiere de regreso viva o muerta para entregarte en modo de experimento. Aly, tu padre quiere acelerar tu enfermedad y venderte para que experimenten contigo.

Iba a decir algo pero escuchamos ruido, Ryan me susurra que me haga la dormida y le dé la espalda. Lo hago.
- Mi querido Nómada, gran trabajo, la tenemos. En siete  días comienza el ataque final.
- Sí, señor - replica.
El caballero se marcha y Ryan suspira.
- Duerme princesa, mañana escapamos de aquí -
Yo cierro mis ojos empujando más lagrimas a salir. Por primera vez, quiero a mi mamá.
No comprendo nada ni sé en quién confiar, ¿él dice la verdad? Ya me mintió antes, ¿y si lo sigue haciendo?

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