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Sonó la alarma, intento levantarme por cuarta vez pero no puedo estoy tan desvelada de la fiesta que fui la noche pasada con mi grupo de amigos que no puedo, hago el quinto esfuerzo y me logro levantar, traigo unas enormes ojeras del tamaño de un panda, rimel y labial por toda la cara, parezco un payaso que no se supo maquillar. Para ser sincera, jamás me había maquillado, ni mucho menos había ido a antros. Abro la regadera, el agua esta caliente, me desvisto y suelto mi cabello me meto en la regadera y el agua cae como si estuviera callendo una tormenta, a mil por minuto, cierro la regadera, coloco un poquito de shampoo y comienzo a lavar mi cabello, despues me lavo el cuerpo y la cara, me enjuago, repito el procedimiento una vez más y me cubro con una toalla, e intento lavar mi dentadura, salgo del baño y comienzo a vestirme, decidí ponerme una camisa completamente blanca, unos jeans, mis converse negros y un sueter no tan caliente, comienzo a cepillar mi cabello y humecto mi cara con crema, agarro mi mochila y bajo para desayunar algo, ahí esta mamá con su cabello hasta los hombros y su pijama tan grande, la saludo dandole un beso en la mejilla.
-Buenos días Daphne.-Se acaricia el cabello, abre el refrigerador y saca la leche.
-Buenos días ma.-Saco un vaso y comienzo a servir leche, la bebo y agarro mi galleta integral.
-¿Lista para entrar?-Me mira y sonrie.
-Eso creo.
-Estaras bien, creeme.-Me acaricia el cabello y me da un beso en la frente.
-Vamonos ma, se hace tarde.-Agarro mi mochila y abro la puerta de la casa, mamá viene tras de mi, abre la puerta del carro y se sube, quita el seguro de la puerta y me subo en el asiento del copiloto, ambas no ponemos el cinturon y damos marcha hasta llegar a la preparatoria.
-Hasta luego, cuidate.- Me mira y me sonrie.
-Adios ma.-Cierro la puerta del carro y me dirijo hacia la prepa.
Veo muchas personas, no me parecen conocidas así que creo que son los de nuevo ingreso, estoy buscando a Colette, mi mejor amiga, pero no la encuentro, me parece que ya debe estar en la aula, busco mi casillero y por fin lo encuentro, coloco algunos de mis libros que no utilizaré en este, allí esta una vieja foto de los "Northwest" mi familia, dos niñas con dos largos vestidos, papá y mamá, brindo un beso en la foto, cierro mi casillero y me dirijo hacia mi aula.
La ventaja de llegar 30 minutos antes de entrar es que puedes escojer tu propio lugar, sin que nadie te moleste. Me siento hasta atrás, para que nadie pueda verme, nunca me e llevado tan bien con los de mi clase, excepto por Colette, Adam, Eidan y Franco, siempre fuimos muy tranquilos, los conozco desde niños, cuando aún jugabamos en la casa del arból de mi patio, cuando contabamos historia de terror hasta la madrugada y cuando haciamos de cenar juntos, no somos nada populares y no nos gustaría serlo, no queremos ser el centro de atracción de toda la preparatoria Stanford, o al menos eso yo creo.
Pasan 20 largos minutos hasta que llegan todos los de mi clase, el profesor entra y nos da la bienvenida, se termina la clase y así pasa hasta que se terminan todas las jornadas.
Colette, Adam, Eidan y Franco se despiden y se van, Colette y Eidan me ofrecen llevarme a casa, pero les digo que no, que mamá vendrá por mi, creo que no les pareció bien que les dijera que no, pero no dejaría a mi mamá plantada. Me dirijo hacia la puerta de salida, y ahí esta mamá con su hermoso carro que papá le regalo en su cumpleaños, abro la puerta y saludo a mamá.
-¿Cómo te fue princesa?-Me dice bajando el sonido de la musica.
-No tan bien, ma.- la miro y hago un leve gesto expresando horror.
-¿Por qué? Creo que eso se puede arreglar, aún no se acaba el día.-Dice encendiendo el carro.-¿Quiéres ir por comida Japonesa?
-Me parece una exelente idea, señora Northwest.-Miento, la verdad es que no quería ir, estoy cansada y solo quiero dormir.
-¡Entonces vamos!-Dice gritando.
Llegamos a comer al famoso restaurante de la manzana, y ordenamos algo de comida para llevar, para papá y mi hermana Daniela, terminamos, pagamos y nos dirijimos hacia la casa, con un completo silencio. Me sentía tan agotada que ni siquiera di las gracias ni me despedí. Subí a mi cuarto, cerre la puerta, me puse mi pijama de unicornios y me tiré en la cama.

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Besos y lunas.

Permanece Conmigo.Where stories live. Discover now