I love you, Alejo. {Pt. 1}

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"Descansa, Alejo" Susurró Pedro después de darle un pequeño beso en la frente.

El castaño se dio media vuelta, listo para dormir. Pero el moreno se quedó mirando hacia el techo, jugando con sus dedos sobre las sábanas.

No podia dejar de pensar en qué le iba a hacer. Lo amaba, sí. Demasiado. Mas su mente estaba en blanco.

Suspiró pesadamente.

¿Que mierda le hago? ¿Será que le compro algo? Pero darle algo material después de lo que hizo, marica...

No aguantó más. Con cuidado de no despertarlo, se levantó y tomó su celular, dispuesto a pedir ayuda.

Sin embargo, se quedó quieto mirando la hora. Eran la una y media de la mañana allá en Venezuela.

La jose lo iba a asesinar. Decidió entonces mandarle un mensaje a su nueva amiga, Micaela.

Pero la desilusión le pegó un puñetazo en la cara cuando vio su última conexión.

"No si..." Susurró para sí mismo, resignado a volver a intentar dormir.

Alejo estaba acostado hacia su lado, dormido como un pequeño bebé; lanzando pequeños ronquidos de vez en cuando.

Se quedó dormido con esa preciosa imagen impresa en su recuerdo.

(...)

Cuando el argentino despertó al día siguiente, el lado del acompañante estaba vacío.

"¡Pedro!" Lo llamó, creyendo que estaba en el baño o la cocina.

No hubo respuesta.

"Che... ¡Divaza! ¿Dónde estás?" Y viendo que seguía sin contestar, se levantó algo preocupado y lo empezó a buscar por el departamento.

Comprobó triste que el venezolano no estaba y que se habia ido sin despedirse ni decir a dónde iba.

Le mandó varios mensajes e incluso lo llamó bastantes veces.

Pero era como si se lo hubiera devorado la tierra.

Preguntó a sus amigos en común si lo habian visto; si sabían algo.

Nada.

Resopló y se dedicó a distraerse, grabando un nuevo vídeo con su hermanita que lo habia ido a visitar.

"¡Que no, chama! ¡Te digo que no es asi! Es para abajo. Osea muevelo marica, muevelo." Indicó.

"Che divaza, ¿no podemos descansar? Llevamos ensayando desde las nueve de la mañana." Rogó Kevin con la voz cansada.

Pedro miro el reloj: las cuatro de la tarde.

"Oh, Dios. Si, si. De verdad lo siento chicos. Vayamos a descansar y mañana seguimos" Dijo sintiéndose culpable. Pablo le acarició el hombro. "¡Lo siento, chamas! ¡Es que de verdad quiero que salga bien, ¿me entiendes?" Agregó, frustrado.

"Tranquilo, si el desfile pedorro ese salió bien, esto va quedar joya" Lo consoló Bárbara.

"¿Tú crees?"

"¡Obvio!" Respondieron ella y Pablo al mismo tiempo. Y luego añadió: "Si estoy yo, por supuesto que va a salir bien"

Pedro sonrió.

Esa noche, después de seguir ensayando solo, volvió al departamento con la cena y una cara de me siento la peor mierda del mundo imposible de no notar.

Alejo y Malena no se habian percatado de su presencia, pues estaban distraídos con un programa de televisión en donde pasaban música: Alejo bailaba de forma extraña pero bien (lo cual envidiaba muchísimo) y su hermanita se reía a carcajadas.

Fue entonces cuando lo supo en su interior.

Habia elegido la idea perfecta: Bailar.

Continuará...

Proof Of Love (Divalejo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora