Capítulo 3

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-Tío, no puedo más.- dejo los Cheetos encima de la acolchada cama de Nate, suelto un bufido de queja y me dejo caer encima de la almohada. Segundos después, Nate cae a mi lado y tengo el impulso de reírme, pero en cambio de mi boca sale un sonoro eructo, uno grande. Ahora Nate es el que ríe, pero se ríe de mi.

-¡Joder, Brooke. Eres una cerda!- me da un codazo en el brazo derecho y yo se lo devuelvo, quejándome del dolor.

-Soy humana, hago ese tipo de cosas.- pongo los ojos en blanco.- Hasta tú lo haces.

-No, no lo hago.- dice.

-¿No serás un Ovni, verdad?

-En realidad lo soy. Soy gay.- con esta última frase, pone su voz mucho mas rasposa. Como un hombre de sesenta años y frunce el ceño...está imitando a su padre.

Nos miramos a los ojos unos segundos y las carcajadas vienen a nosotros, que hasta las lágrimas amenazan con salir. Parecemos niños de parvulario.

-"Eres un gay de esos. Para mi ya no eres un ser humano" – sigue imitando la voz varonil de su padre mientras hace movimientos extraños son sus brazos. Yo rio muy fuerte, que hasta puedo sentir la comida de mi estómago revolverse. – "Ya no eres un hijo para mi, maldito maricón"- Nate sigue imitándolo como un viejo tabernero de pueblo. Su voz es lo que más me está matando en este momento.

Nate también ríe, que hasta empieza a decir palabras sin sentido y después se deja caer de nuevo en la cama, con pequeñas lágrimas colgándole del rabillo del ojo. Pongo una mano en mi estómago para intentar calmar mis carcajadas.

-Explotaré, Brooke.- dice entre mucho dientes, mientras yo le miro sonriendo. Unos pocos minutos después, los dos estamos completamente calmados. Giro mi cabeza a un lado y me lo encuentro con la mirada perdida en el techo, entonces llora, pero no son lágrimas de risa sino de tristeza.- Juro que mi padre es gilipollas, pero desgraciadamente le sigo queriendo.- le abrazo y el me lo consiente.

-Olvida toda esa basura, tienes mucho amor en tu corazón pero él no ha sabido verlo.- le digo.

-Lo que tú digas, perra.- suelto una risilla y me despego de él.- ¿Quieres algo? Voy a la cocina.

-Si meto algo más en mi boca creo que moriré.

-No comentaré nada.- ríe. Maldito malpensado.- Te traeré un vaso de agua para que bajes todas las porquerías.

-Está bien.- suspiro y oigo a Nate cerrar la puerta, pongo mi brazo izquierdo encima de mis ojos y cierro estos.

De repente, me viene a la mente ese chico...me acuerdo de su cara pero nunca de su nombre...el chico de Ingles Avanzado, vamos Brooke. Aaron, él mismo. Pienso en la primera vez que hablamos y en cuán nerviosa estaba, nerviosa por hablar con un chico. A veces me planteo que estar enamorada de mi ídolo me está haciendo mucho mal. Tengo 25 años y soltera.

Hablando de Michael...cada vez falta menos para el concierto y aún no se cómo iré vestida y...

-¡Brooke, mueve tu culo abajo!- grita Nate para después decidir dejar mis estúpidos pensamientos de un lado y parar de fantasear en un futuro perfecto. Vamos, dentro de poco seré treintañera.- ¡Están pasando a Michael por la tele!

-¡Vooooy!- salto literalmente de la cama y corro por todo el estrecho pasillo del piso de Nate hasta llegar a las pequeñas escaleras y bajarlas de dos en dos.- ¡Voooy voy!

Visualizo a mi moreno amigo sentado en el sofá con los ojos fijos en la televisión y me hace una seña para que se me siente a su lado.

-Es una recopilación de sus videos y al final darán una entrevista en vivo.- me dice con la voz agitada.

Him [M.J]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora