Night Club (2/2)

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Stiles:

Theo manejaba realmente rápido, siempre era cuidadoso cuando viajaba conmigo, pero vi la preocupación en sus ojos.

No se que esta pasándome, es como si me quemara desde adentro.-T-Theo tengo mucho calor,-sin pensarlo y por la desesperación de sopetón puse una  mano en su pierna un poco más alto que el nivel 'normal' apreté, y sentí como se tensaba, pero no lo soltaría, necesitaba pensar en otra cosa pero tenerlo tan cerca no ayudaba nada.

Llegamos a mi casa y saque las llaves de mi bolsillo, salí rápidamente del auto tropezando con mis pies, rogaba que no se bajará del auto que no notara mi aroma, que me dejara con el maldito repentino problema, solo.

Narrador:

Aunque eso no fue así, cuando se encontraba en la puerta de su casa con sus manos temblando y el tintineo de las llaves haciendo eco en aquella tranquila noche, escuchó como la puerta de un auto se cerraba y segundos después una respiración en su cuello se hacía presente, se volvería loco, no lo dudaba.

Sus manos seguían moviéndose, frenéticas y la desesperación por querer calmarse no ayudaba, sintió como dos brazos pasaban por sus lados y tomaban sus manos, la respiración en su cuello se hizo más presente, cuando sintió la punta de la nariz de Theo inhalando en aquella zona.

Los bellos en el rostro del rubio le causaban escalofríos y sintió como perdía la estabilidad cuando una boca recorría la longitud de su cuello.

Aquellas manos ajenas llevaron las llaves, que seguían en las manos de Stiles, hacia la cerradura y abrieron la puerta.

El rubio buscó un latido ajeno al de ellos pero no lo encontró, estaban solos.

Deseaba a Stiles, ya no eran niños, cuando volvió y lo vio por primera vez ya no pudo perderlo de vista.

Al cerrar la puerta Theo estampó a Stiles contra la misma, lo tenía agarrado del cuello de la camisa.

Lo observó, el castaño se mordía los labios y eso no ayudaba en nada al autocontrol del rubio, debía calmarse pensó.

-Theo-susurró,- P-p por fav-vor.

Seguía preocupado pero ya no había vuelta atrás, aunque si el castaño se negaba lo dejaría en paz.-Que Stiles?

Desesperado el castaño apretó la remera de Theo en los antebrazos, atrayéndolo más a él si era posible.

-T-tengo mucho calor, a-ayúdame,-apretó más su agarre- Te n-nececito.

El rubio no lo pensó dos veces, soltó su agarre y llevo sus manos a los botones de la camisa del castaño deshaciendo uno a uno y la deslizó por los hombros de Stiles.

Comenzó a besar sus hombros y deslizar sus manos por el pecho ajeno, el humano se relajó, el suave tacto lograba ese efecto en él.

Theo mordió unas cuantas veces sus hombros y clavículas antes de dirigirse a sus pezones obteniendo suspiros y jadeos por parte del otro.

Con su mano izquierda masajeaba uno de sus puntos más sensibles mientras que el otro se encontraba en su boca.

Stiles se mantenía en pié apoyándose con una mano en la puerta y la otra tirando y revolviendo los cabellos rubios.

Theo bajaba cada vez un poco más, lamiendo chupando, mordiendo.

Stiles no aguantaría mucho más en pié.

Theo subió y por fin lo besó, con pasión, un beso necesitado pero nada atolondrado.

Deslizó la mano derecha por el costado del castaño y subió una de las piernas de Stiles a su cintura dejándola allí.

Tomó la otra ágilmente y stiles se dejó caer en los fuertes brazos del rubio.

Subieron rápidamente las escaleras hacia el cuarto del ojimiel y una vez allí, Theo lo dejo en la cama.

Se quitó sus zapatos y los de Stiles, que estaba realmente agitado, se desabrochó el cinturón y sus pantalones se deslizaron por sus piernas, luego se subió arriba de Stiles a la altura de los pantalones ajenos y los desabrochó igualmente sacándolos.

Stiles tiro de los brazos del rubio como pudo y se unieron en un beso, el castaño aprovechó la cercanía y coloco sus piernas a los lados de la cintura de Theo, acercándolo más si era posible.

El ojiazul enloqueció ante el tacto, la fricción entre ambos, simuló embestidas, haciendo que el calor aumentara, Stiles como pudo, sin dejar de moverse, le quito a tirones la remera a Theo y la tiro lejos.

Al fin pudo apretar espalda del rubio, sentía tanta ansiedad, lo necesitaba.

El castaño bajó sus manos de la espalda hasta los muslos del rubio y este se separó de su cuello para regalarle una de las sonrisas tan características de Theo Raeken.

-Lo nececito-dijo entre suspiros el castaño.

Theo bajo hasta su oído y gruñó-Dime Stiles, dime lo que necesitas-lamió el lóbulo de su oreja,-Pide.

El ojimiel ante tal petición se estremeció,- Te quiero,-el rubio sabía que iba más allá del deseo- a ti,- sonrió y Stiles colocó sus manos en los hombros de Theo- en mí.

Theo deslizó su mano por el pecho del contrario hasta llegar a su boca, la acarició con el pulgar y metió tres dedos.

El ojimiel los recibió y chupó hasta que fueron retirados.

Theo se dirigió a su cuello como distracción mientras lo preparaba, cuando Stiles se sintió listo invirtió las posiciones, y tomando el control stiles tomó el miembro del rubio y de una estocada se hundió en él.

Ambos gimieron ante el repentino acto, Theo puso sus manos en las caderas del castaño y lo incitó a moverse.

Ambos eran un desastre, stiles tenía las mejillas rosadas, el pelo alborotado, la boca abierta liberando esa melodía que volvía loco al rubio, este en cambio este se encontraba mordiendose el labio, sus manos moviéndose ante el vaivén de stiles, era demasiado.

-Theo,-suspiró-lo sé, hazlo, vamos Stiles ven, ven por mí.-el castaño no duró mucho más corriéndose manchando ambos estómagos, el rubio lo hizo unos segundos después, ambos con el nombre contrario saliendo de sus bocas, jadeando.

Pequeños rayos de luz blanca se filtraban por la ventana de la casa del castaño, y en la cama del mismo yacían los dos amantes abrazados.

Después de todo, deberían agradecerle a cierto rubio.

One Shots Stheo/SteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora