Unos pasos hacia atrás

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A lo mejor mi infancia me marco tanto que quise quedar atrapado ahí, pero ¡Mierda! ¿Por qué se fue volando?

Y es allí donde mi vida se transformó, luego de ser el pequeño más alegre y divertido, me convertí en actualmente un rotundo caos...


Aisha Parks y yo, éramos tan solo un par de niños que con miles de dificultades lográbamos estar de pie sin tropezar y correr con nuestras madres envueltas en un mar de lágrimas. Nuestras familias eran vecinas, y habíamos crecido juntos desde que tengo memoria. Era curioso quizá, como unos pequeños habían podido conectarse como sus familias, pero así era, desde la primera vez que se habían visto, cuando Aisha tenía 5 años, y yo  6, nos habíamos vuelto completamente inseparable.

Cada día luego del preescolar Aisha corría hacia mi casa, y tocaba la puerta con desespero, y cuando esta se abría, ingresaba a tropezones como si de su propia casa se tratara, luego de comer jugábamos todas las tardes hasta que su madre tenía que ir por ella y llevársela prácticamente a jalones. Al día siguiente el proceso se repetía y si en algún momento Aisha no podía ir a mi casa era porque tenía mucha tarea o estaba enferma.

Con el pasar de días, meses, años parecía que la amistad que teníamos se volvía cada vez más fuerte, más entrañable. Tampoco hacía falta mencionar que con el pasar del tiempo al irse definiendo más aun con la personalidad de nosotros, los problemas y las peleas habían surgido más que nunca.

Fue meses más tardes donde recibí una de las noticias más tristes de mi vida, sin razones ni nada Aisha tendría que mudarse dentro de unas semanas, los días parecían ser más cortos se iban en un abrir y cerrar de ojos, nuestra inseparable amistad se había decaído. Quizá uno de mis peores días había llegado, un viernes por la mañana Aisha toco a mi puerta no tuve el valor para despedir a una de las personas que había marcado mi infancia, me solté en un abrazo y logre decir "Adiós mi amiga" y cerré mi puerta.

Había pasado los días más tristes que puedo recordar, en mi calle los pocos niños parecían ser rudos, y entre sus pasatiempos resonaba mas el futbol, algo que a mi nunca me ha gustado, por tanto no había logrado conseguir una miserable alma como mi amigo, me había convertido en el chico más conservado y tímido.

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⏰ Última actualización: Dec 30, 2016 ⏰

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