♦Jeon Jung Kook

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¿Quiero saber si este sentimiento fluye en ambos sentidos?

Triste por verte ir

De alguna manera estaba esperando que le te quedaras

Bebé, ambos sabemos

Que las noches principalmente fueron hechas para decir cosas

Que no puedes decir mañana en el día


Al abrir los ojos, me di cuenta de que había sido engañado por ese bastardo al que llamé alguna vez "el amor de mi vida"...

Me dolía la cabeza como nunca antes me dolió, como si tuviese una terrible jaqueca; mi estómago ardía por una razón que desconocía, mis músculos se sentían cansados y mi boca tenía un extraño sabor que no sabía ni siquiera comparar con otro. ¿Podría ser alcohol, quizás? ¿Bebí algo que no recuerde?

No tenía idea de lo que mi cuerpo sentía, pero sí tenía idea de dónde estaba y de quién me había llevado hasta ahí. Es decir, conocía a la perfección aquella habitación tan lujosa, tan bien ordenada, con olor a limpio. Esa maldita cama que ojalá pudiese olvidar. Tantas veces fui empujado en ella y luego su cuerpo caía sobre el mío, empezando con desesperados besos que luego acababan en total descontrol, revolcándonos como unos malditos enfermos sedientos de placer.

Asqueroso, repugnante...

Me arrepentí tanto de haberme saltado las clases sólo para acabar en aquella cama teniendo los mejores momentos de mi vida (en lo que respecta a placer); por supuesto que sólo lo hacíamos por eso, no había nada más. Pero después de un tiempo me di cuenta de que las cosas no iban bien, ni conmigo ni con él.

  —Por fin despiertas— alguien abrió la puerta del cuarto y me giré rápidamente para verlo— ¿Dormiste bien, bebé?

Su tono de voz burlón y egocéntrico me resultaba irritante, tanto así que volteé mi rostro para no mirarlo. Pero el muy cabrón se veía demasiado bien con aquella camisa intencionalmente desabrochada hasta dejar ver su pecho. Esos cabellos negros despeinados y esos ojos que sabía que me miraban con ganas, me volvían loco. No quería admitirlo, pero me encantaba Min Yoon Gi y al mismo tiempo me daba asco.

—No me llames bebé— le contesté secamente, mirando hacia la ventana.

—Pero si te encanta— se acercó a pasos lentos hasta sentarse en otra silla frente a la que yo estaba atado de pies y manos. Me acercó su cara sonriente y simuló dar un beso en mi mejilla  —. Además, dejamos en claro que te llamaría así en todo momento. ¿Verdad?

En ese instante, recordé parte de la noche anterior y me mordí el labio con fuerza.

Había conocido a Yoon Gi en ese mismo lugar, en ese bar al que el idiota de mi hermano Tae me llevó. Le había dicho muchas veces que no me gustaban los lugares tan escandalosos, pero cuando llegamos al sitio, no era nada parecido a lo que imaginé.

Q&A [YoonMin YoonKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora