♦Park Ji Min

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La ira y la agonía son mejores que la miseria

Créeme tengo un plan,

cuando se apaguen las luces lo entenderás

Dolor, sin amor

Dolor, no puedo tener suficiente

Dolor, lo prefiero áspero

porque prefiero sentir dolor a no sentir nada

Era un imbécil. Él, Jung Kook  y yo...

Sinceramente no me sorprendí cuando aquella vez los encontré en esa situación tan comprometida. Había escuchado sus gemidos nada más entré a casa y, cuando di unos pasos hasta quedar frente a la puerta de nuestra habitación, simplemente decidí abrir y que se sorprendieran de verme.

La expresión del chico más alto fue extraña; lo noté sobresaltarse, pero nada más que eso, ni siquiera vi arrepentimiento o lástima en su cara. Era un desgraciado. Y Yoon Gi... mi querido Yoon Gi mantuvo su cara de póquer, esa expresión con la que le decía que todo le importaba una mierda.

Después de nuestras peleas siempre me iba de casa, no soportaba estar cerca de él con su tan característico mal humor. Tomaba las llaves del auto y conducía hasta aquel departamento, ese que tantas veces fue mi salvación. Ahí vivía Jung Ho Seok, el mejor amigo de Yoon Gi y quien pronto se convirtió en su sustituto. Nunca me había interesado por él, pero la manera en la que me trataba era muy diferente a la de Yoon Gi. Ese hombre me mostraba una hermosa sonrisa y me decía que todo iría bien, que podía solucionar los problemas con mi pareja, pero no. Nunca fue así.

Y la primera vez que me acosté con él fue por un maldito ataque de celos. Sabía que Yoon Gi frecuentaba un lugar a donde iba a beber cada vez que discutíamos y, un día, decidí seguirlo para ver qué mierda era lo que hacía. Quería saber si sólo se llenaba de alcohol o también se intentaba distraer con alguien.

Efectivamente fue así. Jung Kook era su distracción, su juguete personal.

Ese chico era mi compañero en la universidad, me jodía tantísimo verlo tan sonriente y feliz, como si fuera realmente la pareja de Yoon Gi. ¿Por qué mierda no los detuve? En el primer momento en que los vi debí actuar, debí enfrentar a Yoon Gi cara a cara y decirle lo basura que era al irse con otro. Él me decía que yo, mucho antes de que lo viera con Kook, ya lo engañaba con Ho Seok. Eso era una  mentira. Simplemente iba a calmarme y a hablar con él, pero después todo surgió de golpe y las cosas empeoraron.

Después de un tiempo me sentí muy mal por todo, le hablé a Ho Seok sobre lo que estaba pasando y decidí entonces arreglar las cosas con Yoon Gi. Lo cité en un restaurante para hablar y tener una velada tranquila, pero él se negó a tener que asistir a un lugar así para resolver el problema. Así que terminamos en casa.

Ambos nos sentamos al borde de la cama, nos dimos unas miradas incómodas, más por mi parte que por la de él. Su mirada siempre era tan inexpresiva que me daban ganas de golpearlo. ¿Por qué me enamoré de un tipo así? Era tan frío y tan cálido otras veces, nunca lo entendí, pero siempre lo amé.

—Lo siento, todo fue un error—me dijo, con un tono serio y firme.

¿Por qué no le creía?

—Sí, yo también me equivoqué, Yoon Gi—le tomé las manos repentinamente y las llevé hasta mi pecho—.Aun te amo. Me arrepiento de lo que hice.

Su rostro se acercó hacia el mío. Plantó un corto beso en mis labios y luego me miró a los ojos, con esa mirada tan peculiar.

—Yo también me arrepiento, olvidemos todo y empecemos de nuevo. No dejemos que las discusiones acaben con tanto años de relación...

Asentí ante eso último. Hacía mucho que salíamos y me sentía feliz por ello, pero por otro lado creía que cuanto más pasara el tiempo, más se aburriría de mí. ¿Y si le gustaba realmente ese chico? Había visto unas expresiones que nunca tuvo conmigo, incluso esa vez que los oí sus gemidos eran tan diferentes. Eso me dolió.

Le dediqué entonces una triste sonrisa y dejé que volviera a besarme. Pasó descaradamente su lengua como siempre haciéndola chocar con la mía. Chupó y lamió mis labios como si nunca antes los hubiese probado y nos dejamos llevar por esos roces y toques que hacía un tiempo no teníamos. Yoon Gi siempre me daba lo mejor de sus caricias, pero prefería que también lo compensara un poco con su postura como pareja. 

Empecé a jadear nada más sentir sus manos tocando bajo mi camisa con ansias todo mi pecho y abdomen. Sus manos eran tan delicadas que podía sentir que estaba en el mismísimo cielo. Cada uno de sus roces me estremecía como todo un adolescente inexperto, investigando nuevas sensaciones.

Toda la delicadeza con la que comenzó sus caricias se vio opacada por la desesperación y el aumento de nuestra temperatura corporal. Arrancó mi ropa y luego la suya propia. Aquella vez creí que Yoon Gi haría el amor conmigo, pero después de terminar tuve la impresión de que sólo fue una sesión más de sexo desenfrenado.

Los otros días me sentí peor, cuando se suponía que debía estar feliz porque no arreglamos. Pero el problema fue que Ho Seok empezó a llamarme y decirme que me extrañaba, que se había enamorado de mí y que quería intentar tener una relación estable. Me di cuenta entonces que no le importaba nada su mejor amigo. Me estaba hiriendo, incluso me hacía dudar de lo que realmente quería.

Amaba a Yoon Gi, y a pesar de todas las preguntas que tenía en mi cabeza sin respuesta, porque no me atrevía a sacarlas de mis labios, estaba queriendo convencerme de que él también me amaba. Pero Ho Seok en el momento menos indicado había decidido interponerse.

Me negué y lloré por eso varias noches seguidas. Yoon Gi me escuchó llorar y lo único que hizo fue darme unas caricias en la espalda. No era eso lo que quería ni lo que esperaba. Quería un abrazo, uno cálido y fuerte que me diera a entender que me amaba.

Todo era una mierda. Seguía pensando en el otro y suponía que Yoon Gi igual. Nuestra relación se volvió extraña. No solíamos hablar mucho y esas palabras cursis que nos decíamos se habían perdido con el correr del tiempo. Era tan triste, pero quería estar a su lado.

Tuve que eliminar a Ho Seok por completo de mi vida. No podía seguir torturándome así. Yoon Gi debía ser el único y yo para él.

Después de arreglarnos hice algo de lo que no me sentí orgulloso. Pero no confiaba en sus palabras. Me dijo que hablaría con ese chico, Jung Kook, y cortaría lo que sea que tuvieran. Los estuve espiando en aquel lugar. Los Gi discutir y noté que el menor se había pasado de copas. Lo siguiente fue ver a Yoon Gi llevarlo hasta casa. Esa noche no tuve i atención de saber lo que pasaría.

Habían tantas preguntas dentro de nuestra relación y ninguna sin respuesta. O quizás sí las había, pero prefería no saberlas...  

Q&A [YoonMin YoonKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora