Canadá

2.2K 153 5
                                    

Desperté al siguiente día confundida ¿Realmente Grant había vuelto por mi? ¿No fue un sueño?. Sentí una pesadez en mi cintura era Grant, al parecer todo había sido real, no pude contener el llanto, no podía siquiera pensar que hubiera sido si el no estuviera aquí ahora, me acerqué a él y lo besé, sus labios por inhercia correspondieron el beso, poco a poco abrió los ojos.
-Ey!, que buena forma de empezar el día- Dijo con la misma voz ronca que tenía todas las mañanas
-Te amo- Abalanzadome hacia sus labios, otra vez.
-Tenemos que empacar- Dijo bajando sus manos a mi cintura y haciendo que quedara encima de él.
-Tenemos tiempo.
-Tenemos que desayunar- Dijo entre besos
-No hace falta comida Gustin, te tengo a ti- Dije mordiendo mi labio inferior, la mirada de Grant cambio repentinamente, ya no estaba medio dormido, ahora sus ojos tenían ese destello de deseo y pasión que me volvían loca. Poco a poco sentí que mi blusa iba subiendo, cuando llego a la mitad de mis costillas nos miramos fijamente y continuamos besándonos, Grant quitó mi blusa y mi sostén, recorría cada centímetro de mi espalda con sus suaves manos. Dimos un giro en la cama, ahora el estaba arriba, tenía solo la parte de abajo, como siempre, me encantaba verlo de esa manera, hacer el amor con el era simplemente mágico.
Bajó hacia mis piernas y bajó un poco mi pijama, arque mi espalda para que fuera mas fácil, me sonrió con deseo y el también se despojó de su pijama, quedamos solo en ropa interior, hasta que Grant las quitó por completo.
Sentí algo que se hundía lentamente en mi, Grant recargó su cabeza en mi hombro y podía sentir su respiración agitada igual que la mía.
-Te amo- dijo en mi oído -Ya casi hermosa
Sentí como todo mi cuerpo se estremecía ante las caricias de Grant cada movimiento, cada beso, todo era perfecto, nuestras miradas se juntaron una vez más, me aferré mas a él y el aumento el ritmo, dio dos golpes profundos, un gemido muy fuerte y se recostó a mi lado.
Me acurruque en su pecho escuchando el latido de su corazón, el momento era perfecto, no podía existir algo mejor, una lágrima de felicidad, Grant se dio cuenta de ello.
-¿Que ocurre peque? ¿Te lastimé?- pregunto asustado
-No, lo que pasa es que soy tan feliz contigo- Dije abrazándolo fuerte
-Me haces muy feliz preciosa, eres tan linda, amable, apasionada ¡Dios, ________ eres perfecta!
Nos quedamos en silencio un buen tiempo, el dibujaba figuras en mi espalda y yo en su pecho
-Que buena forma de empezar el día-Dijo divertido
-Lo sé- contesté entre risas -Teníamos que irnos de esta casa de la mejor manera.
Grant río ante mi comentario y besó mi frente
-Tenemos que empacar mi amor- dijo en un tono muy dulce
-No puedo creer que empecemos una nueva vida en Canadá- dije entusiasmada
-Mi vida esta en donde tu lo estés cariño
¿Que había hecho para merecer un hombre así?
Nos levatamos de la cama y empacamos mis cosas no había mucho, compramos los boletos por Internet y nos dimos una ducha.
-¿Estas lista?- pregunto tomando mi mano
-Si, pero Grant ¿tus maletas?
-En Canadá
-Pero me dijiste que se había suspendido el vuelo
-Si, pero ya habían enviado paquetería, no entendí lo que me debían en el aeropuerto, se supone que un productor pasó por ellas
-¿De acuerdo- no entendí mucho de lo que me explicó Grant, su tono era algo nervioso, ya no quise cuestionar más y asentí.
Subimos todo a un taxi que nos llevo directo al aeropuerto.
Estaba nerviosa, muy nerviosa y Grant pudo notarlo
-No quieres ir ¿verdad?- preguntó decepcionado
-No es eso amor, es que yo, nunca he viajado en avión
-Tranquila todo estará bien, yo estaré contigo ______
Tomo mi mano y la apretó suavemente, mostramos los boletos y abordamos el avión, mi asiento tenia ventanilla y Grant se sentó a mi lado.
-¿Emocionada?- preguntó en mi oído
-Y feliz
-¿Feliz?
-Si, de tenerte en mi vida Gustin
-Te amo.
El avión estaba apuntó de despegar, sentía unos nervios por todos lados, tenia miedo, estaba feliz, sentimientos encontrados, cerré mis ojos y me aferré al brazo de Grant. El avión despegó y se dirigió a nuestra nueva vida, Canadá.

No eres el mismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora