Capítulo 1

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Justin Bieber odia la Navidad.

No era sólo un leve desagrado por la temporada o, incluso, algo similar a la ambivalencia o desinterés de las festividades de Diciembre. Pues no. Era una total y completa aversión, repugnancia absoluta de todas las cosas verdes y rojas, todo aquello relacionado con el período comprendido entre el Día de Acción de Gracias y Año Nuevo, el momento en el que todo el mundo estaba lleno de alegría y artificial nauseabunda alegría.

Gracias a Dios, que todo vuelve a la normalidad después del 1 de enero! Todos volverán a ser avaros, egoístas, calculadores y groseros...

Sus dos hermanos lo llamaban el Grinch. Realmente, no era como que él estaba tratando de robar la Navidad, sólo quería que terminara!

Por desgracia, sólo es fin de noviembre, el día después del Día de Acción de Gracias.

Black Friday, el día en que todas esas personas supuestamente felices llenos de el espíritu Navideño se pisotean unos a otros sólo para ahorrarse unos pocos pesos. Qué en el infierno es tan grandioso sobre esta peculiar costumbre, nunca lo iba a entender.

Merry Fucking Christmas... ahora maldita sea apártense de mi camino antes de que parta sus dedos por tocar el artículo que quiero que está en venta. Ho Ho Ho!

Por lo tanto, ¿por qué estaba aquí en el centro comercial, a las ocho de la noche, en el día más malditamente ajetreado del año? ¡Sin duda no era porque estaba buscando ofertas o tenía que buscar buenas ofertas. Maldición! Él es un millonario, capaz de comprar todo lo que deseaba a un precio regular y razonable. En su opinión, Black Friday es para masoquistas, personas que disfrutan torturándose a sí mismos.

Estaba aquí por una razón y sólo por una única razón. Zoey, la compañera de su hermano gemelo Rafe , le había llamado porque él estaba en la ciudad esta noche por negocios y ella ha utilizado esa calculadora, dulce voz suya para manipularlo para que fuera al centro comercial a recoger un nuevo ordenador portátil para ella.

Por favor, Justin. Realmente quiero este equipo y se van a quedar sin ellos si no tengo uno ahora.

Si hubiera sido su hermano Rafe quien se lo solicitara, Justin no habría tenido problema en decirle que se fuera directo al infierno. Pero el bastardo había hecho que Zoey lo llamara y preguntara, y Justin no había podido decir que no.

Realmente, él necesitaba ser más duro cuando se trataba de sus cuñadas. Zoey y Grace podían lograr que hiciera cualquier cosa por ellas. Todo lo que tenían que hacer era llamarlo, preguntar con dulzura y él saltaría a través de los aros para conseguir todo lo que deseen, haciendo cualquier cosa que le pidieran, independientemente de cuán inconveniente podría ser para él.

Sintió lástima de Rafe y Noah. Por lo menos sólo recibía llamadas ocasionalmente de Grace o Zoey, y por lo general sus solicitudes eran bastante razonables. Salvo esta noche! Sus dos hermanos tenían que vivir con Grace y Zoey, estaban apareados con ellas, subyugados a sus llamados y pedidos cada instante de cada maldito día. Seguro, Rafe y Noah los dos tienen una pareja sexual, disponible y conveniente, pero ¿a qué costo?

Justin caminaba a través de las masas de los cuerpos en torno a él, tratando de hacer su camino a través de la muchedumbre para llegar a los ordenadores, en la concurrida y popular tienda de electrónica. Él maldijo mientras un codo se incrustaba en su intestino y se vio impulsado hacia adelante con un vicioso golpe de un carro de compras a su trasero.

Cristo! ¿Qué demonios estaba haciendo aquí? No era como que Rafe no podía permitirse el lujo de pagar el precio completo de la maldita computadora. Sus dos hermanos eran tan ricos como Justin. Por desgracia, Zoey sabía exactamente cómo llegar a él, implorando que necesitaba el equipo inmediatamente, que realmente lo quería, realmente lo necesitaba.

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