Capítulo 5

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Sus intensos ojos se redujeron, mirándola con anhelo, con tanta necesidad, deseándola tanto que la dejo sin aliento. Cuando un hombre la había deseado con tanta fuerza, tan completamente? Nunca! Y eso es probablemente lo que lo hacía apasionante, tan irresistible. -Justin-, su voz era ronca, infundida con anhelo, un deseo muy profundo en su alma y desesperado por ser satisfecho.

Le quitó sus gafas, colocándolas con cuidado sobre la mesa de café enfrente del sofá. Ya no importaba. Ella veía de cerca, lo veía perfectamente, y su bello rostro y mirada de deseo urgente era bien claro.

Justin vestía un traje y corbata, vestido como si él acababa de salir de una reunión de negocios. Soltando el agarre de sus muñecas, se sentó sobre sus rodillas, quitándose la corbata de su cuello con frenesí, quitándose la chaqueta y arrancando los botones de su camisa, mientras se la quitaba.

-Tócame. Necesito sentir tus manos sobre mí, -gruñó él, mientras su cuerpo bajó de nuevo hacia el de ella.

Tocarlo era un encanto, y agonía. Estaba esculpido todo musculoso piel lisa y caliente. Las manos de Faith acariciaba sus hombros desnudos, hacia abajo por su espalda y hacia arriba de nuevo, saboreando cada centímetro de su poderoso cuerpo, pero con ganas de más, necesitando más.

-Puedo oler tu excitación, tu necesidad. Deseas a tu compañero. - Su cálido aliento acariciaba su cara mientras le mordisqueaba su labio inferior, pellizcaba levemente y luego lo calmaba con su lengua.

Sí. Sí. Por el amor de Dios follame. Tómame duro y sin piedad. -Sí. Por

favor, Justin . - Poso su boca sobre la suya sin vacilar, su lengua caliente invadiendo su boca, haciéndola suya con fuertes, audaces embates con el propósito de marcarla, conquistarla.

Faith sintió que su núcleo se cerró con profundos potentes espasmos que la tenía empujando sus caderas hacia arriba, gimiendo en la boca de Justin mientras su lengua la reclamaba implacablemente.

El enterró sus manos en su pelo, guiando su cabeza, posicionándola, a aceptar la penetración profunda de la lengua una y otra vez, hasta que por fin el separo su boca de la suya, dejándola jadeando.

Gimoteando mientras Justin se elevó a sus rodillas, Faith obedeció cuando él la sentó derecha, tirando de su chaleco y quitándole el suéter sobre su cabeza, dejándola caer silenciosamente al suelo. Le quito el sostén, desechándolo junto al suéter. Ella tembló cuando él ahueco sus pechos, sus pulgares se burlaban de sus pezones con diminutos círculos.

-Perfecto, -dijo, su voz con un toque de admiración y roca de deseo. -Eres tan jodidamente hermosa.

Faith pensaría que estaba mintiendo si no hubiera escuchado la verdad de su declaración en su voz. ¿Cuando un hombre había pensado que era bella, deseable? Su cabeza cayó hacia atrás cuando su cálida boca reemplazó a su manos, mordiendo y lamiendo cada seno, adorando cada uno de ellos con sus dientes y la lengua.

-Justin. Por favor. - Faith no sabía muy bien lo que ella estaba pidiendo; sólo sabía que necesitaba... algo. Su polla. Su lengua. Su cuerpo. Su beso. Algo... más.

Alcanzando el botón de sus pantalones vaqueros, hablo con aspereza, -Dime lo que quieres, Faith. Que necesitas.

-A ti. - Malamente. Casi dolorosamente.

Le quito los pantalones vaqueros bajando por las caderas, despojándolos de su cuerpo, tomando sus bragas empapadas con ellos, enseñando su necesitado coño. Sus botas salieron, golpeando el suelo, así que él podría eliminar completamente sus pantalones vaqueros y bragas.

Faith cayó hacia atrás, dejando su cabeza descansar sobre el brazo del sofá, temblando ligeramente, no de frío, sino de miedo. Estaba desnuda, su cuerpo ante él en todo su esplendor. La habitación estaba bien iluminada, probablemente mostrando cada fallo evidente. Sus generosas caderas, vientre suavemente redondeado. Ella estaba en buena forma después de dos años de interminables caminatas, pero ella tenía un cuerpo, con unos kilos de más.

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