XIV. DESVIACIONES EN EL PROBLEMA DE LA NATURALEZA DE LA CULTURA

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Todolo nuevo se forja a través de una lucha dura y tenaz. Así haocurrido con la nueva cultura, que en los últimos veinte años haexperimentado tres virajes, describiendo una zeta; de este modo tantolo bueno como lo malo ha sido probado y puesto en evidencia.

Igual que en la cuestión del Poder, los recalcitrantes de la burguesía están totalmente equivocados en la cuestión de la cultura. No comprenden las características históricas de este nuevo período de China ni reconocen la cultura de nueva democracia de las amplias masas populares. Su punto de partida es el despotismo burgués, que en el terreno cultural es el despotismo cultural de la burguesía. Una parte de los hombres de cultura de la llamada escuela europeo-norteamcricana[] (me refiero únicamente a una parte), que antes aprobaron de hecho la política del gobierno del Kuomintang de "exterminio de los comunistas" en el terreno cultural, ahora, por lo visto, apoyan su política de "restringir" y "diluir" al Partido Comunista. No quieren que los obreros y campesinos levanten la cabeza ni en el terreno político ni en el cultural. Pero el despotismo cultural de los recalcitrantes de la burguesía es un callejón sin salida; lo mismo que en el caso del despotismo político, no cuenta con condiciones nacionales ni internacionales. En consecuencia, también sería mejor que lo "archivaran".

En lo que concierne a la orientación de la cultura nacional, el papel dirigente le corresponde a la ideología comunista; debemos propagar activamente el socialismo y el comunismo entre la clase obrera y educar en forma adecuada y metódica al campesinado y demás sectores de las masas en el socialismo. Sin embargo, la cultura nacional, en su conjunto, todavía no es socialista.

Por ser el proletariado quien dirige la política, la economía y la cultura de nueva democracia, todas ellas contienen elementos de socialismo, que no son elementos cualesquiera, sino de importancia decisiva. Sin embargo, tomadas en su conjunto, ni la política, ni la economía, ni la cultura son todavía socialistas, sino de nueva democracia. Esto se debe a que la revolución en su presente etapa es una revolución democrático-burguesa, cuya tarea básica consiste principalmente en combatir al imperialismo extranjero y al feudalismo interno, y no es una revolución socialista, llamada a derrocar el capitalismo. Respecto de la cultura nacional, no sería acertado creer que la existente cultura nacional es o debe ser socialista en su totalidad. Esto sería tomar la ideología Comunista, que debemos difundir, por un programa de acción inmediato a poner en práctica, y tomar la posición y el método comunistas, que debemos adoptar al examinar los problemas, realizar estudios, organizar el trabajo y formar cuadros, por la orientación general para la educación y la cultura nacionales en la etapa de la revolución democrática de China. Una cultura nacional de contenido socialista será necesariamente el reflejo de la política y la economía socialistas. Hay elementos de socialismo en nuestra política y nuestra economía, y, como reflejo de ellos, los hay también en nuestra cultura nacional; no obstante, tomada nuestra sociedad en su conjunto, no hemos establecido todavía una política y una economía completamente socialistas; por lo tanto, no podemos tener una cultura nacional totalmente socialista. Puesto que la presente revolución china forma parte de la revolución socialista proletaria mundial, la actual nueva cultura de China forma parte de la nueva cultura socialista proletaria mundial y es una gran aliada suya. Pero, considerada la cultura nacional en su conjunto, si bien contiene importantes elementos de cultura socialista, no es por entero en calidad de tal como forma parte de la cultura socialista proletaria mundial, sino en calidad de cultura de nueva democracia, de cultura antiimperialista y antifeudal de las grandes masas populares. Ahora bien, dado que la revolución china de hoy no puede prescindir de la dirección del proletariado chino, la actual nueva cultura de China tampoco puede prescindir de la dirección de la cultura e ideología del proletariado chino, es decir, de la dirección de la ideología comunista. Con todo, como en la presente etapa esta dirección significa conducir a las masas populares en una revolución política y cultural antiimperialista y antifeudal, el contenido de la nueva cultura nacional sigue siendo, en su conjunto, de nueva democracia, y no socialista.

Está fuera de duda que en la actualidad debemos ampliar la difusión de la ideología comunista y poner más energía en el estudio del marxismo-leninismo; de no proceder así, seremos incapaces tanto de llevar la revolución china a la futura etapa socialista como de conducir la actual revolución democrática a la victoria. Sin embargo, debemos no solamente distinguir entre la difusión de la ideología comunista y del sistema social comunista, por una parte, y la realización práctica del programa de acción de la nueva democracia, por la otra, sino, además, distinguir entre la teoría y el método comunistas para examinar los problemas, realizar estudios, organizar el trabajo y formar cuadros, por un lado, y la orientación de nueva democracia para la cultura nacional en su conjunto, por el otro. No cabe duda de que sería muy inadecuado confundir lo uno y lo otro.

Así puede verse que el contenido de la nueva cultura nacional china en la presente etapa no es ni el despotismo cultural de la burguesía, ni el socialismo proletario puro, sino la nueva democracia antiimperialista y antifeudal de las amplias masas populares, bajo la dirección de la cultura e ideología socialistas del proletariado.




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