I. amor

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Es imposible el poder contar el número de todas las personas con las que te has cruzado por las calles a lo largo de la vida. Es impensable el querer recordar todas esas caras, todas esas almas.

Ahora, acostado al lado de él, se me es fascinante imaginar cómo hace tiempo los dos sólo éramos dos extraños caminando por la misma calle. En ese momento, eso era lo único que teníamos en común, que compartíamos banqueta. Es verdad que quizás tal vez a veces siempre pienso mucho sobre todo. Así que, no es sorprendente que uno de los muchos pensamientos que flotan dentro y fuera de mí sea la duda de por qué es que nuestras vidas se entrelazaron. Por qué él, por qué si habiendo tantas personas, por qué entre tantos extraños fue él, qué fue, qué acaso cosas tan bizarras como el destino en verdad existen, qué hubiera pasado si no lo hubiera conocido en ese momento, hay la posibilidad de que si no hubiera sido así lo hubiera conocido en diferente circunstancias, si no lo hubiera conocido... me hubiera enamorado de otra persona. Lo último suena imposible, ya que lo amo. Lo adoro y lo aprecio con todo mi ser y es inimaginable que yo sea capaz de tener y sentir este magnífico afecto por alguien más que no sea él. Claro, eso es ahora.

En otra de mis incontables secuencias de ideas esta el concepto de amor y su fidedigno. Esto siendo muy complejo, de los pensamientos que más me dejan confundidos. Porque sí, no es poco común que después de tanto pensar buscando respuesta termine más bien con mayor número de preguntas y un poco de dolor de cabeza. A veces de alma.

—Cariño, ¿en que piensas?— una mano acarició mi frente y movió el copete que caía sobre mi rostro.

—En el amor.— respondí después de que sentí dos latidos mover su cuerpo.

Me senté recargando mi espalda contra el respaldo de la cama. No era necesario voltear a ver su rostro para saber que sus labios vestían una sonrisa y que sus ojos brillaban con alegría.

—Ay Fred, te he dicho que no deberías desgastar tanto está cabecita tuya.— proporcionó énfasis dando golpecitos con el dedo índice a mi cabecita, —No sé exactamente en lo qué estés pensando. De hecho, creo que no es posible descifrar en lo más mínimo tu mente. Pero, no te deberías preocupar mucho por esas cosas. Eres joven, algún día encontrarás a alguien. Y, y, ¡lo más importante! Yo, tú mejor amigo, estoy en la misma situación que tú.— terminó con una sonrisa.

Eso... No era verdad. No era verdad. No era verdad. No era verdad. No era verdad.

—¿Misma situación? ¿Qué hay de la chica que conociste la semana pasada?

Me rehusaba a envenenar e infectar mis labios con ese nombre nada digno. Actuando como si no lo recordara, inventando apatía (añorándola, buscándola desesperadamente). Era patético, algo inmaduro, la posibilidad que él pudiera ver sobre mi mentira (no era exactamente mentira, más bien era un acto) era alta. No me importaba.

—¿Esme? ¡Oh! Olvidé contarte que ayer tuvimos una cita.

Dios. Si en verdad está consciente de mis sentimientos por él al menos debería de actuar menos emocionado. Yo actuaba por él, lo lógico sería que él hiciera lo mismo por mí... pensándolo bien, aunque quizás eso sería lo correcto no era necesario. Ya que lo único realmente necesario, por lo que yo vivía, lo que más me importaba en la vida, era su felicidad.

—¿Oh? Genial. Pero has comprobado mi punto. O más bien, has desaprobado el tuyo. No estamos en la misma situación.

Seguía sin dejar que mi mirada viajara a su rostro. No era capaz de encontrar sus ojos sin que me derrumbara ante él. Ya era lo suficientemente obvio, no me podía dar el lujo de caer ante las dos esmeraldas que adornaban su gloriosa cara.

—Pero tú mismo lo has dicho. No llevamos mucho conociéndonos. Y, como sabes, no tengo mucho experiencia amorosa al igual que tú.— sentí su mano acariciar mi muslo, — Te juro que creo que tu mente es lo más impredecible en este mundo. Pero bueno Alfredito, es suficiente platica del amor. ¿Por qué no hablamos sobre otra cosa?— sonrió.

La siguiente semana la relación entre Bryan y La Chica se hizo oficial.

Todas las formas de enamorarse de la manera equivocada y más (Breddy Meyva)Where stories live. Discover now