Era un día bastante caluroso en Tokio, y Kenma no tenía ni la más mínima intención de levantarse del césped. Sentado bajo la sombra de un gran árbol, los sonidos de su Psp eran lo único que podía oírse a su alrededor.
-Mm...¿dónde estará?...¡Uah!
Un brusco movimiento hizo que el aparato cayera de sus manos. Alguien había tropezado con una de las piernas que tenía estirada. Recogió su consola y comprobó que no estaba rota.
Alzó la vista, viendo a una chica de pelo largo y oscuro sobandose la barbilla. Al segundo lo miró olvidando su dolor.
-¡Lo siento!- se sentó y miró a un confundido Kenma. -¿te he hecho daño? No miraba por donde iba.
Le recordó al pequeño pelinaranja de Karasuno, tan exasperada.
-Estoy bien. Más que eso, lo siento, también ha sido mi culpa
-No no, tranquilo.- sonrió, en el fondo aliviada de que no se hubiera enfadado.
-¡Nao! ¿Dónde demonios estabas?
-¡Tetsu!
-Kuroo
Kuroo se quedó mirando a Kenma.
-¿Kenma?¿qué haces aquí?
-¡Ah!, ¿te llamas Kenma?
Tetsuro miró a la chica.
-Kouzume Kenma, está en mi equipo.
-¡Encantada! -Él asintió, en parte esperando una presentación.
-Kenma, ella es Chisaki...
-¿Estáis saliendo?
Hubo un gran silencio. Un silencio muy incómodo que rompieron las risas de Tetsuro y Chisaki.
-¡Que va! ¡déjame terminar, hombre! Ella es Chisaki Nao. Es mi prima.
-¿Tu prima?- Kozume volvió a preguntar, no muy convencido.
-Mi prima.
-Su prima.
Casi parecía absurdo la forma en la que Tetsuro y Nao repetían todo lo que decía Kenma, haciendo que este se levantara algo molesto. Sintió un ardor en la rodilla y miró al lugar afectado. Nao bajó su mirada por el chico, deteniéndose también en su rodilla.
-¡Por Zeus y todo el Olimpo!- exclamó preocupada y se agachó frente al chico, quien se sorprendió de sobremanera. Kuroo rió.- te has raspado...menos mal que no ha sido tanto. Igualmente tengo tiritas.
Sin previo aviso sacó una tirita del bolsillo delantero de sus vaqueros y se la puso sobre la herida.
-¡Listo!- se levantó y le sonrió- de verdad que lo siento, dime si necesitas algo más.
-No te preocupes.- Miró hacia el suelo, sin saber muy bien que decir. Sus ojos hicieron un acto de valentía, mirándola para darle las gracias. Ciertamente era muy parecida a Kuroo.-Gracias, por la tirita.
-¡No hay problema!
-Bueno, Nao,- Kuroo se acercó de brazos cruzados.- no quiero interrumpir, pero tenemos que irnos.
-Ah, es cierto.- los primos se alejaron, pero Nao se dio la vuelta-. ¡Adiós Kenma, encantada de conocerte!
Kenma alzó la mano a modo de despedida y los vio desaparecer de su campo de vista. Una fugaz imagen de la sonrisa y la energía de la chica cruzaron su mente.
-¿Por qué son familia?
