Capitulo 3

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- ¿Papa podemos hablar un momento en la cocina?- Le digo a mi padre.

- Claro- Me contesta.

Cuando llegamos me baja la mirada, sabe que no estoy muy de acuerdo con su propuesta. Le echo una mirada y con eso le basta para entenderme.

- ¿Que querías que hiciera? ¿Les dejo en la calle?.- Me dice, con cara de pena.

- El problema no es ese papa sino que como nos pretendes distribuir para dormir porque en tu sofá de lujo de piel no puede dormir nadie porque se estropea, y supongo que tu novia dormirá contigo así que ¿Donde piensas meter a Leo?.- Le hago esa pregunta a mi padre.

 El caso es que es una pregunta absurda, ya que solo queda mi cama como opción, la verdad es que me mentiría a mi misma si me dijera que no quiero dormir con Leo esta noche. No se lo que me esta pasando últimamente, pero desde que he conocido a este chico, estoy llegando a pensar en cosas que no se me hubiesen ocurrido en mucho tiempo.  

- Vamos Amira, tu cama es de un metro ochenta, osea mas grande todavía que una de matrimonio y Leo ya es mayor, crees que intentaría hacer algo contigo?- Me dice a continuación.

Mi padre tiene razón, el caso es que esas palabras me duelen, no me preguntéis por que pero de repente siento que se me va toda la poca ilusión que tenia por dentro. Seguramente se haya enamorado ya muchas veces de muchas chicas, se haya acostado con muchas, haya hecho el doble de cosas, que digo el doble, ha hecho cosas que yo en mi vida he hecho, pero porque no he querido. Ni tampoco quiero con Leo, la verdad.

- Esta bien, dormiré con el.- Le digo a mi padre con un hilo de voz.

La verdad es que mi estado de animo ha cambiado de un instante a otro. Me siento decepcionada y ni siquiera se el porque, los bajones de siempre. Pero ya puedo animarme, que me espera una noche muy larga.

- Bien ya que tendrás que acostum...- Mi padre se calla de golpe.

¿Pero que dice ahora este? ¿Iba a decir algo pero se ha arrepentido?

- Repite lo que has dicho.- Le pido.

- ¿Que? No, no he dicho nada importante.- Replica asustado.

- ¿Has dicho que me tengo que acostumbrar a dormir con el?- Pregunto.

No tengo ni idea de como he soltado eso, pero me ha salido solo de la boca. ¿Pero eso significa que vamos a mudarnos? ¿O que ellos se van a mudar? No entiendo nada. Ni tampoco entiendo como me ocultan este tipo de cosas.

Unos días que son demasiado normales, rutinas, sin nada de especial, y de repente en menos de veinticuatro horas me entero de que mi nuevo psicólogo es el hijo de la novia de mi padre, que vaya sorpresa, también me entero de que existe ella hoy, y ahora me acabo de enterar de bueno, aun ni lo se.  

- ¿Oye chicos va todo bien?- Escucho a mi espalda.

Al darme la vuelta veo a Mery y a Leo en la puerta de la cocina.

- Esto Mery, creo que es la hora de decírselo... Ya sabes el que...- Le insinúa mi padre.

- ¿De decirnos el que?- Pregunta Leo, intrigado.

- Chicos, veréis, se que ha sido todo muy precipitado para vosotros, sobretodo para ti Amira.-Dicho esto Mery traga saliva y sigue hablando, parece muy nerviosa.- Amira, Leo nos vamos a vivir los cuatro juntos, no se si os parecerá bien pero nosotros dos nos conocemos desde hace bastante tiempo y bueno no encontrábamos el momento justo para decíroslo pero bueno... ¿Que os parece? 

Miro a Leo y tiene la mirada perdida, esta anonadado, parece que no da crédito de lo que sus oídos oyen. Y yo mas de lo mismo. No se que decir, no me salen las palabras, me he quedado en blanco. Son demasiadas emociones para mi, ha sido un día demasiado duro, no lo soporto mas, empiezo a ponerme nerviosa, agarro el collar de mi madre y de repente se me viene el mundo encima. 

Me derrumbo y empiezo a llorar, acto seguido empiezo a correr, saliendo rápidamente de la cocina y cruzando el comedor para subir las escaleras y llegar lo antes posible a mi cuarto. Oigo que Leo me llama pero no quiero girarme, ni siquiera puedo decirle que me deje sola. Entro a mi habitación y acto seguido saco de debajo de la cama la botella que tengo guardada para cuando necesito relajarme, antes de beber, me cortaba los brazos hasta que decidí mejor beber algo de alcohol y relajarme. Me encierro en el lavabo y me siento encima de la tapa del váter. Abro la botella de Vodka y empiezo a darle tragos, así no vas a llegar a ningún lado, Amila. Cuando le he pegado unos cinco tragos, ya me siento muchísimo mejor, he dejado de llorar, me miro al espejo y veo que tengo todo el maquillaje corrido así que decido lavarme la cara, antes de que me suba mas el efecto y no pueda ni ver lo que hago.

Cuando ya lo he hecho me quito los tacones y me suelto el moño que llevaba. Me cuesta mantener el equilibrio pero me consigo controlar lo mejor que puedo. Me quito el vestido también ya que empiezo a tener mucho calor con el efecto del alcohol, decido dejar la ropa y todo allí ya que estoy agotada y necesito dormir. 

Salgo del lavabo en ropa interior, y cuando estoy en la habitación me doy cuenta de que delante mio tengo a Leo, mirándome, que por lo que parece de verme en este estado se ha quedado boquiabierto. Mierda, no me acordaba de que hoy dormía con el. La verdad es que con lo borracha que voy ahora mismo, no siento ninguna vergüenza, así que creo que esta noche soy capaz de hacer cosas que sobria no haría ni loca. 

Leo se acerca a mi lentamente, y yo hago lo mismo, cuando estamos apenas a centímetros, me dice:

- ¿Estas bien, Amira?

Niego con la cabeza. Acto seguido me impulso hacia el y lo estrecho entre mis brazos, el me abraza por encima de mis hombros y yo apoyo mi cabeza en su pecho. Siento que esta excitado, y lo entiendo ya que estoy en ropa interior y pegada a su cuerpo. 

Me separo de el y nos quedamos mirándonos unos momentos, que para mi se hacen eternos. Nunca he sentido nada igual, nunca me he sentido tan atraída por una persona, nunca he tenido tanto deseo por alguien. 

- Amira... ¿Has bebido, verdad?- Me dice, preocupado.

Bajo la cabeza y eso hace que sus sospechas se confirmen. Se lo que esta pensando, noto que el me desea tanto como yo a el, ya que esta tan excitado como yo, pero los dos sabemos que no podemos hacer nada.

- Anda túmbate en la cama, yo voy a la cocina ha buscarte un poco de agua.- Me dice, acariciándome la cara. 

Cuando noto su piel, rozándome me estremezco, y me dedica una de sus mejores sonrisas que me valen como las mejores buenas noches.

Sale por la puerta y yo me tumbo en la cama. Cierro los ojos y en menos de dos minutos ya estoy en el quinto sueño. 

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⏰ Última actualización: Jan 01, 2017 ⏰

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