Pd: Segunda Identidad

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"Dios viendo esto los llamó y les explicó:

Tú, LUNA, iluminarás las noches frías y calientes, encantarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías.

En cuanto a ti SOL, mantendrás ese título porque serás el más importante de los astros, iluminar la Tierra durante el día, darás calor al ser humano y solo eso hará a las personas más felices.

La LUNA mas triste se puso con ese cruel destino y lloró amargamente y el SOL al verla tan triste, decidió que no podría ser débil, ya que debía darle fuerzas y ayudarla a aceptar lo que Dios había decidido.

Aun así, el estaba tan preocupado que decidió pedirle algo a Dios:

Señor, ayúdale a la LUNA por favor, es mas frágil que yo, no soportará la soledad...

Y Dios... en su gran compasión... creó las estrellas para hacerle compañía a la bella LUNA."

En una simple oficina la cual adornaba un mueble, un computador y una tasa de café recién caliente se rompía el silencio con una dura confesión.

La pelirroja no podía más seguir ocultando algo así. Sentía como si cometiera el peor de los pecados del mundo, peor que asesinar..comenzaba a gustarle las chicas y más que una forma amistosa. Hacían años que ese sentimiento estaba intacto pero que está misma enterraba evitando tocar el tema.

Su familia no se lo perdonaría, una la cual se mostraba como una católica o como ellos llamaban "perfecta" no tomando en cuenta por supuesto los actos de violencia frente a ella.

Pero esto ya era mucho peso, no podía con todo y decidió decirle a su madre para sentir el apoyo que al final no llego.

"Enserio importa? Madre nosotros los seres humanos o yo de forma individual nos enamoramos del ser, del alma y no de los genitales o físico..¿Acaso es tan importante? Y que si me gustan las chicas..me siento libre para amar a quien sea"

Se oyó decir a si misma.
¿Donde dejo el temor en ese instante? Solo quería ser aceptada, nunca le pareció importarle mucho el tema de los sexos pero ahora la sociedad le había puesto aprueba.

Entre lágrimas y gritos al cielo la madre maldicio, sus palabras la herían pero debía mantenerse fuerte.

Suspiro profundamente la de cuarenta años mirando fijamente a los verdosos ojos que su hija tenía y con tranquilidad le dio una orden.

"Este será nuestro secreto..no te atrevas a decirle a nadie sobre esto y menos a tu padre..no debes hablar y ya no sacaras el tema. El error fue mío por esperar tanto de ti"

La última palabra fue ducha y ella solo pudo sellarlo con un leve susurro y una sonrisa..esa sonrisa..su mágico escudo.

Firma Sol.

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La dulce luna solo pensaba en sobrevivir un día más. Cada día era un suplicio, si bien seguía con vida era más una obligación que un deseo de ella misma.

Aún le parecía increíble que aquella persona que conoció tan poco hizo florecer en ella cierta confianza que pensaba perdida.

Le dijo sus secretos, su pasado tortuoso y confesó sus pecados a alguien quien solo sabía dos o tres cosas las cuales enumeró mentalmente.

1) Tiene el cabello rojizo
2) Es la persona más tímida que he conocido
3) Me agrada

La tercera no valía mucho anteriormente pero ella era tan fría y cortante pero esta vez ese sentimiento era mutuo.

Ambas entablaban conversaciones mientras que en su país era de noche y en el de la otra de día.

Podrían conversar de cosas ridículas o de temas profundos y difíciles de discutir y le eran de igual manera gratificante.

Tomo papel y lápiz como si de su piel se tratase y comenzó a escribir un pequeño poema.

Escribir siempre le ayudaba a expresar lo que sentía y más le ayudó la poesía, melodía para el alma inclusive para un ser tan roto como ella.

Eran exactamente las 4 de la tarde cuando decidió hablarle pero esta no contestaba.

Algo iba mal y nació en ella la primera chispa de un deseo que crecería tanto como su historia..

"Quiero estar con ella..protegerla de todo y de todos.."

Firma luna.

See you tomorrowWhere stories live. Discover now