DOS

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Era una tarde nublada en la ciudad de Nueva York y dos de los miembros del equipo de los vengadores se encontraban a solas en la torre, simplemente no les apetecía salir como al resto por lo que decidieron pasar el tiempo mientras que los demás regresaban.

-Steve tranquilo, lo que harás es sencillo- hablo la espía con un tono tranquilo para darle confianza a su amigo.
- nat, si fuera sencillo ya lo abría echo- repuso.
- entonces haz lo rápido- exclamo irritada por la actitud del soldado.
- si lo hago rápido lo haré mal y lo echare todo a perder- contra atacó viendo a la mujer frente a él.
Unos segundos después se escucho un estruendo por toda la habitación.
- ves... Ni con todo el tiempo del mundo podrías haber sacado esa pieza- le sonrió de brazos cruzados ganándose una mirada amenazante del rubio. Habían decidido jugar jenga ya que según menciono el soldado nunca lo había visto y mucho menos lo había jugado, ya llevaban varias rondas en las cuales el capitán había perdido.
- al menos voy a tachar esto de mi lista- le sonrió, ella le correspondió levantándose del sofá.
- para la próxima yo elijo el juego- le dijo mientras caminaba hacia la cocina, se acerco al refrigerador dispuesta a sacar una bebida- tal vez debería subirte el autoestima por la paliza que te acabo de dar- bebió un trago de la lata dirigiéndose hacia la mesa tomando asiento en una de las sillas.
- que graciosa- se levantó, al igual que su compañera se encamino a la cocina solo que por un vaso de agua.- que hacemos ahora?
- mm no se tu pero a mi se me ocurre una forma de pasar el tiempo- le sonrió pícaramente acercándose poco a poco, esa respuesta lo puso nervioso y  logro que sus mejillas se tornaran de un color semejante al rojo.
- no se.. a que te refieres nat...- la pelirroja no pudo evitar reír.- vamos Rogers se que sabes a que me refiero- se acerco de manera provocativa logrando que el soldado tragara en seco, al llegar frente a él tomo su cuello acercándolo a sus labios en un beso lento. El soldado no comprendía por que lo hacia así que intento alejarse, si que lo intento, solo que no pudo o tal vez no quería, tenerla así de cerca era como un sueño hecho realidad y sin mas le correspondió el beso de la misma manera que ella lo hacia.
Caminaron hacia el lugar mas cercano que en esta ocasión fue el sofá. Los besos dulces quedaron en el pasado dando paso a unos llenos de deseo.
- Steve..- hablo en un susurro contra los labios del rubio, su voz sonaba entrecortada- por más que quiera seguir debo añadir que...- los labios del soldado descendieron dejando un camino de besos entre su labios y su cuello,evitando que lograra articular palabra y que un suspiro sin su consentimiento saliera de su boca, sus manos se dirigieron al cabello del rubio enredándolo entre sus dedos, no podía creer que el hombre chapado a la antigua le hiciera sentir tan viva, tomo su rostro obligándolo a besarla. Se separo de manera inesperada dejando un espacio que solo llegaría a estar en su campo de visión si  se encontraban cerca- no podemos seguir aquí, no creó que el espectáculo que crearemos sea apto para todo público- menciono mordiéndose el labio inferior de manera provocativa.
Algo desconcertado el capitán logro mover su cabeza de arriba a abajo dejando en claro que estaba de acuerdo.
- friday, avisanos cuando llegue el resto.
- como desee señorita romanoff- se escucho la voz de la I.A. sin mas tomo la mano de su compañero dirigiéndose a su habitación.
- nat- hablo por primera vez después de lo que había pasado- no quiero que esto sea de una noche- menciono con un tono que lograba que sus defensas calleran al suelo.
- no lo sera Steve- nunca en su vida estuvo mas segura de lo que diría, con él podía permitirse ser ella misma.
las manos de la espía se dirigieron hacia donde terminaba su camisa logrando sin mayor esfuerzo quitársela caminaron hacia la cama sin despegar sus labios, la recostó cayendo sobre ella sin dejarle caer todo su peso, introdujo sus manos bajo la fina tela acariciando cada centímetro de su piel, la espía se levanto permitiendo que se deshiciera de esa molesta prenda, sentía que su piel se encendía cada vez que Rogers la acariciaba no pudo evitar liberar un gemido al sentir el miembro del soldado sobre su entrepierna.
Él siguió su camino de besos desde su cuello hasta la parte baja de su ombligo.
- Steve.. No habías.. Hecho algo como esto verdad?- el rubio levantó su mirada hacia la de ella la cual parecía suplicarle que la respuesta fuera un rotundo no.
-seras la primera y la última natasha- una sonrisa se dibujo en sus labios logrando que el rostro de la agente se relajara.

La posición había cambiado encontrándose ahora ella sobre él deslizando el pantalón del soldado, al quitarlo por completo se sorprendió de la erección de su compañero, la tomo de la cintura dejándola debajo.
Quito el pantalón de la pelirroja acariciando sobre la tela la parte sensible de su sexo. Sin duda era un trabajo difícil no dejar de suspirar.

-agente romanoff, capitán Rogers el resto de los vengadores se encuentran en el ala oeste y preguntan por ustedes.- hablo la I.A
- gracias friday iremos en un minuto- la respiración de ambos estaba agitada, se vistieron y se dispusieron bajar con sus compañeros.
- Steve- lo detuvo antes de llegar al ascensor- quiero que sepas que no me arrepiento de lo que sucedió.
- tampoco me arrepiento natasha- hizo una pausa y continuó- me hubiera gustado que llegaran mas tarde- dijo con una sonrisa sin llegar a verla.
- andando si llegamos tarde no se ni que estupideces se le ocurrirán a Tony esta vez.
- sabes que Tony no puede parar de decir estupideces.
- tienes razón- el ascensor se abrió dando paso a que entraran, adentro el la tomo de la cintura y la beso ella sorprendida le correspondió.- que fue eso?
- no se cuando podre besarte de nuevo- al abrirse el ascensor se encontraron con sus amigos viendo una película.
- se nos unen?- pregunto Sam viéndolos de reojo.
- por supuesto- respondieron al mismo tiempo.

Los únicos testigos de lo que estuvo por suceder fueron las cuatro paredes de esa habitación, no expresaron con palabras lo que sentían pero estaba mas que claro que a pesar de las diferencias, se amaban, después de todo dicen que los opuestos se atraen.

RomanogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora