Si eres homofóbico o estas en contra de las parejas homosexuales, no recomiendo leer esta historia
Espero que os guste y disfrutéis leyéndola.
Otro día gris. Como todos, desde que se fue. Todo era gris. El cielo, los edificios, los coches, las plantas, las personas. Nada brillaba como lo hacía cuando ella estaba aquí.
Ella se había llevado la luz. Se había llevado mi amor con ella.
En el instituto, aburrido y sin color, seguía igual. Como si nadie se hubiese ido.
Por lo menos, ahora empezaban las vacaciones de navidad. Empezaba el tiempo de encerrarme más tiempo en mi habitación a deprimirse, cuestionarse si merecía la pena vivir sin ella y sólo salir a alimentarse o ir al baño.
Ella, mi vecina y amiga de la infancia, se había ido hace cinco meses. Ella era mi razón de vivir, mi alegría y mi tristeza. Ella era mi todo. Y ella ni si quiera lo sabía.
Su hermano, mayor que yo y que ella, estudiaba en una universidad cercana a la ciudad. Pocas veces lo había visto. Únicamente cuando iba a su casa y en el funeral.
Si mal no recuerdo, se llamaba Alan. Tenía un año más que yo y seis más que su hermana, Nayla.
Supongo que vendría para Navidad.
-¡Zine, sal de la cueva y compra bebidas, huevos, harina y mayonesa!
Era mamá. Es única en su especie e inconfundible entre todo el mundo.
-¡¿Y si no me da la gana?!
-Yo te daré razones para que tengas ganas
Lo dijo con un tono tan amenazante que me levanté y salí de mi habitación que, por cierto, estaba a oscuras en pleno día.
Me di cuenta de que llevaba puesto el pijama, así que volví a entrar y cogí ropa. Una sudadera roja, vieja, una camiseta corta negra, unos vaqueros y unas adidas blancas y negras.
Bajé las escaleras sin mirar ningún espejo o reflejo mío. No quería asustarme con mi propia cara. Cogí mis llaves y dinero y salí.
Fui al 24h más cercano. Compré las bebidas, huevos, harina y mayonesa que me pidió. Pagué y me fui con dos bolsas pesadas de la compra.
Estaba atardeciendo. Más adelante, en la misma calle, una figura familiar estaba parada en medio. Cuando pasé por delante pude ver a él. A Alan. Al parecer estaba buscando algo o a alguien. En cuanto me vio, vino corriendo. Era a mí a quien buscaba. Me saludo y yo a él.
-Zine, ¿no es así?- asentí - tú eras amigo de mi hermana, ¿no?-volví a asentir sin decir nada.
Un silencio se instauró.
-¿Tú sabías... lo de sus salidas?
No sabía nada de lo que me hablaba. Ella era una niña de 12 años, no creo que fuera a sali por ahí a beber, ¿no?
Por mi cara, supo que no sabía nada.
-Te acompaño a casa y vamos a algún lado a hablar sobre esto. Ya es hora de que lo sepas.
Y sin haberlo pedido, me cogió las bolsas de las manos y fuimos a mi casa que no estaba muy lejos. Entré, dejé las cosas y volví a salir.
Allí estaba él, mirando a la nada. Le debe costar hablarme de su hermana, sin haberme hablado tanto como para tener confianza y más, sobre este tema que parece bastante importante y privado. Me hizo un gesto para que lo siguiera.
En el camino, él estaba serio. La verdad es que nunca le había visto tan serio como estaba ahora. Siempre estaba sonriendo y feliz.
Supongo que todo el mundo esconde algo detrás de su sonrisa.
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{Mis días grises}
Cerita PendekZine, quien es frío y sarcástico con todos, guarda para sí un amor no correspondido. Esa chica, con apenas 12 años, muere y lo deja destrozado. Para su suerte, o desgracia, aparece Alan, el hermano mayor de Nayla, la chica que le gusta. ...