—Feliz cumpleaños Min—Sonreí amplio a mi pequeño quien se encontraba recostado en la cama, corté un trozo de pastel y con ayuda de una cuchara comencé a alimentarlo.
—Gracias amor... —Intentó sonreír y con esfuerzo llevó su mano sobre mi pierna y lento trazó algunas líneas sobre la tela. —Nunca imaginé cumplir 33 años, creo que es mucho.
Masticó calmado, a veces solía ser bastante pesimista pero después era algo que pasaba, besé su mejilla y acaricié su cabello durante algunos minutos.
—Cumplirás muchos más, yo lo sé, así que no pienses eso, a parte... tenemos que cuidar de Didy, no puede estar sin ti— Reí recordando al pequeño perrito marrón.
Seguía a Minseok por toda la casa durante todo el día, comía a su lado y dormía en nuestra cama, nunca de mi lado, siempre del lado de Min.
Ahora era la adoración de mi esposo, ese perrito le había traído mucha alegría, incluso servía como una terapia, lo perseguía en su silla por todos lados, había estado ganando peso con el ejercicio y sus brazos eran más fuertes.
—Hace frío aquí... No me gusta eso—Se quejó removiéndose y yo me levanté para ponerle una manta encima, cubrí bien sus pies y brazos, dejé un beso en sus frente puesto que el tiempo se había acabado y debía irme.
Sin duda ese cuarto de hospital era frío.
