Me rompieron el corazón. Jugaron conmigo. Y no solo conmigo. Con mis sentimientos también. Me pisaron. Me aplastaron. Acabaron con cada una de las piezas que me completaban. Y sin embargo aquí sigo. No te voy a decir que me reconstruí, porque no lo hice. Tampoco te voy a decir que logré alcanzar la felicidad, porque no fue asi. Pero te repito, que sigo aqui. Con mis partes rotas, pero firme sobre mis pasos. Con insomnios y grandes llantos, pero con una sonrisa permanente y unas ojeras de espanto. Pero supongo que eso sólo son efectos secundarios de la destrucción.