Parte 9

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A la mañana siguiente me desperté con el pañal muy mojado, mi madre subió y me lo cambio por un pullups de princesas, me puso mi uniforme mientras yo la veía detrás de mí chupete. Bajamos a desayunar y ya estaba listo mi plato junto con un biberón de leche y un vasito entrenador con jugo de manzana.

Me termine todo y me despedí de mi madre, me echo un pullups a la mochila y salí de casa, en el camino me encontré a Leo.

Nos saludamos y le conté que traía un pullups, él me dijo que le daba mucha envidia, que le encantaría llevar pañal a la escuela para no sufrir en las clases con los maestros que no te dejan salir al baño nunca, y más en los exámenes.

Le dije que podía usar pañales en mi casa todo el tiempo que quisiera pues mi madre estaba de acuerdo y ella se los podría poner igual que a mí, le conté todo lo que paso durante el fin de semana y el aún estaba un poco incrédulo pero algo emocionado también.

Llegamos al salón como de costumbre y comenzamos las clases sin novedad, yo estaba un poco nerviosa por si alguien llegaba a notar que traía un pañal debajo del uniforme escolar, era muy poco probable pues el pañal no era muy abultado y la falda podía taparlo perfectamente.

Llego la hora del receso, sabía que justo después seguían los exámenes como la semana pasada y el resto de la semana, Leo como siempre se fue a jugar futbol y le recordé que antes de que tocaran el timbre fuera al baño para que no le anduviera durante el examen y pudiera concentrarse mejor.

Me fui con mis amigas a comer y estuvimos hablando de los exámenes tan difíciles que estábamos haciendo y de que aún faltaba mucho para terminar el curso, pasaron los 30 minutos de receso y tocaron la campana, estábamos cerca del salón en donde darían el examen, se me paso el tiempo tan rápido que no pude ir al baño y la profesora que nos iba a aplicar el examen ya estaba dentro del salón esperándonos, entre rápido al salón esperando que a leo no se le hiciera tarde por estar jugando como siempre, me senté en mi banca y unos segundos antes de que la profesora cerrara la puerta leo entro corriendo directo a su banca.

Nos repartieron los exámenes, tocaba matemáticas, una de las más difíciles para mí, tome mi examen y me puse a contestar, primero las preguntas fáciles, que no eran muchas por desgracia, después empecé con lo más complicado, teníamos que hacer muchas operaciones muy largas, y aunque teníamos tiempo suficiente yo estaba muy nerviosa.

De pronto sucedió lo inevitable, me dieron ganas de orinar. No estaba segura de hacerme en mi pañal pues podía salirse un poco y todos se darían cuenta así que trate de aguantar lo más que pude y seguir con mi examen. Pasaron los minutos y no me podía concentrar bien en nada, de repente escucho que una chica le pide permiso a la maestra para salir al baño. Sabía que las reglas decían que ningún alumno puede salir al baño en tiempo de exámenes, pero esa maestra tenía fama de ser mi amable y permisiva, así que le dio permiso a la chica de salir. Me sentí aliviada porque yo también podía pedirle permiso y salir al baño, así que me levante y le pregunte que si también podía salir al baño, me dijo que si pero que esperara a que mi compañera regresara y que después de ella otro chico le había pedido permiso, que solo podíamos salir de uno en uno o le llamarían la atención, así que tendría que esperar un poco antes de salir. Le di las gracias y regrese a mi lugar.

Continúe con mi examen esperando que mi compañera regresara y que después fuera el otro niño y también regresara para por fin poder salir yo al baño.

Pasaron los minutos y ya llevaba bastante avanzado mi examen, la niña ya había regresado del baño y el chico ya había salido pero aún no regresaba, las ganas se estaban haciendo cada vez más insoportables, en ese momento el chico entra por la puerta y la maestra me hace una seña de que ya puedo ir al baño, me levanto y rápidamente me dirijo hacia afuera, aunque tratando de no ser demasiado obvia, camino por el pasillo y llego al baño de niñas pero había un trapeador atravesado, el conserje estaba limpiándolo. No lo pensé mucho y subí las escaleras hasta el baño del tercer piso, subí y subí y de repente me di cuenta que no podía más, mi vejiga estaba ganando la batalla y empecé a dejarlo salir todo, me quede paralizada en medio de las escaleras.

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