Llegaste de la nada. (Sakurako)

348 25 19
                                    

Aún recuerdo el día en que te conocí, era un día nublado con pronóstico de lluvia, y era evidente que iba a ser así, yo estaba esperando que ese autobús donde bajaste pasará y así pudiera cruzar la calle, pero mi sorpresa fue grata al ver que tú bajabas, me quedé atrapada en tu rostro y tus bellos ojos, y cuando escuché tu voz, no pude ni siquiera moverme.

Llevabas medias negras, bufanda con cuadros, y una mini falda azul.

En aquel paso zebra me anime, y te hablé, tú estabas preocupada por no tener encendedor, y al ver tus ojos de ángel fui al mini marcket y compre uno para ti, y así pudiste fumar tu cigarrillo, del cual me ofreciste y yo acepté; aún que no fumaba lo hice para impresionarte, pero casi me ahogaba con el humo.

Te echaste a reir, y jamás me había sentido tan avergonzada, pero ver tu sonrisa y oír tu dulce risa me cautivo por completo; no sabía cómo pedirte de inmediato que si pudiéramos tener una cita, pero te me adelantaste, mi corazón se aceleró y acepte de inmediato.

Y de repente, comenzó a llover, yo andaba sin paraguas, y tú con uno en mano, y me abrazaste para que pudiéramos caber las dos; sin duda llegaste de la nada haciendo que me enamoré de ti desde el primer día.

El tiempo pasaba lento, solo platicábamos poco, pero sentía la necesidad de conocerte y poder saber tu nombre, tu edad, de dónde eras, yo, quería saber todo de ti; llegamos hasta un café bar, que parecia el mejor sitio del mundo, y me dijiste "¿por que no tomamos algo?" Lo cuál acepte e invite, poco a poco nos fuimos conociendo, me sentía la reina del mundo, por estar con la chica más bella que mis ojos pudieron haber visto; lo recuerdo bien, yo quería invitarte a pasar la noche en mi departamento, y sentía que me ibas a rechazar, por qué tal vez a tí, te gustaban los hombres.

Tomé hasta el fondo el tarro de cerveza y lo dije "¿quisieras pasar la noche conmigo en mi departamento?" Cuando dije esas palabras te sorprendiste, creía que me rechazarías como otras chicas y ya era costumbre, pero mi sorpresa fue grande al ver que tomaste mis manos y las apretaste fuerte, estaba nerviosa pero entendí con tu mirada que tú aceptabas la propuesta.

Entonces apure la cerveza de un sorbo, cargaste tus maletas y yo pagué la cuenta; y nos fuimos de aquel lugar, la lluvia había dejado de caer y aún así fuimos abrazadas por el frío tan fuerte que sentíamos, al llegar hasta mi departamento te advertí que con un colchón nos basta, no hubo problemas y entremos, jamás recuerdo ver el departamento esperando ser testigo por un gran acto de amor.

Recalente una sopa y curry, servi vino tinto, y nos dimos a la cena, donde seguimos platicando, y pude conocer tu nombre, "Furutani Himawari y tenías 24 años" estabas de paso por esta ciudad "por qué sentías que el destino te decía que algo grande iba a pasar, y así fue, por que pude conocer a alguien muy especial" cuando dijiste esas palabras me dejaste sin habla, solo podía pensar pero sin decir nada, así que servi más copas y seguimos bebiendo.

Te vi cerrar las cortinas y ponerle seguro a la puerta, y te fuiste quitando poco a poco tu medias negras y bajando tu falda azúl; solo pensé "cuidado mujer porque te estás enamorando" así que nerviosa y no sé por qué, yo trataba de huir, pero fui atrapada por tus labios.

"¿que hacemos con la ropa?" Preguntaste, y yo que nunca tuve más religión que un bello cuerpo de mujer.

Me seguías besando y me ibas quitando la ropa, aún con el frío de aquella negra noche, sentía un gran calor, sentía tus manos tibias y suaves tocar todo mi cuerpo, cada rincón, yo me iba dejando llevar y pronunciaba aquel nombre que me hacía sentir así, eso te gustaba y poco a poco fuiste bajando tus besos; yo con mis manos te fui guiando donde besaras, hasta que mis jeans; te estorbaban para que por fin pudieras llegar hasta eso que tanto deseabas lamer y gozar.

Me ayudaste a quitarme mi jeans blancos, poco a poco volviendome loca por que tú ibas a verme completamente desnuda, así que llegaste hasta el final solo me dejaste en ropa interior; y tú te quedaste en pelotas, quitandote el brassier y dándome un show por ver algo tan grande, "¿las quieres?" Me dijiste, "pues si te portas bien y te dejas ayudar podrás tenerlas" yo quedé cautivada y solo pude sonrojarme.

Me empezaste a besar de nuevo, pero ahora de una forma apasionado, sentía tu mano en mi cintura y comenzabas a bajarla lentamente hasta llegar a mi clítoris, cuando escuchaste mi gemido de placer, supe que había sido descubierta, pero eso te excito más y me dijiste "no te preocupes quiero que grites mi nombre" y movías tu mano provacando que gritara tu nombre a todo pulmón.

Me ayudaste a guardar silencio besandome, pero eso no bastaba para controlar lo que me hacías sentir, por el calor del momento te pedí que bajaras tu besos a mi entrepierna, y poder sentir la magia de tus labios en mi vagina.

Entonces así fue comenzaste a lamer y a besar ahí abajo, ponía mis manos sobre tu nuca y observaba como me hacía tuya completamente, sentía tu respiración agitada y tu aliento caliente; era la reina del mundo, nunca llegue a imaginar que una chica como tú estaría aquí, conmigo haciendo el amor, por que no era sexo simplemente, yo ame cada momento de lo me hacías.

Cuando paraste de hacer lo tuyo, me pediste un pequeño favor, ya sabía que querías, pero quería que lo dijeras, así que me hacía la estrecha; me mostraste tu trasero húmedo y lo pusiste sobre mi rostro, "por favor sakurako quiero sentirte" me dijiste mientras tú de nuevo continuabas lamiendo, yo no podía negarme, por fin tenía ante mis ojos tu vagina, era un sueño hecho realidad, y el hecho de que deseabas sentir mis labios en ti, era algo que me excitaba demasiado, y así lo hice, movía mi lengua como una tormenta y mi rostro se quedó pegado en tu entrepierna, era algo que no quería dejar.

Ya no podías aguantar más, podía escuchar como gritabas mi nombre, me pedía más, querías correrte, y no detuve ni un momento, te echaste encima de mi y solo suspirabas.

Al acabar contigo me sentí ganadora de la batalla, ver que habías acabado siendo mía era algo que me ponía contenta, pero ambas sabíamos que la noche apenas había empezado, y seguimos toda la noche hasta quedara dormidas entre sudor y jugos lascivos.

A la mañana siguiente el sol me levantó y mi sorpresa fue que me levanté abrazando el vacío de tu cuerpo en mi colchón, y me puse a gritar "¿donde estás?" Parecía ser que el destino me jugaba una broma macabra.

Lo malo, no fue que huyera con mi dinero, y algunas ropas, lo peor fue que se llevará mi corazón, acabada, me propuse a recoger la habitación donde tú y yo pasamos la noche, donde esté departamento fue testigo de una velada especial.

Salí del lugar y me puse en marcha para el cajero cercano e ir otra vez al trabajo y pasar los días como siempre, pero, ¿como olvidarte? Si mi corazón te pertenece fuese donde estuvieras, yo estaré esperando tu llegada.

Al pasar un largo día en el curro, me fui al bar donde te conocí, pedí una cerveza bien fría,  "así estoy yo sin ti" dije en voz baja; acabada por estar sin tu bella e intachable presencia, brinde a tu silla vacía, tome mi cerveza con tristeza y melancólica por no poder tenerte a mi lado de nuevo.

Y paso la tercera ronda, y no sé si fue por el alcohol o un sueño hecho realidad porque escuché tu voz angelical en mi oído "me moría de ganas querida de verte otra vez" mi cuerpo se estremeció y sentía las ganas de llorar de alegría, pero no soy una chica de lágrima fácil, y me hice la fuerte y volteé.

Verla ahí, con su mirada más dulce, sonriendo por encontrarme en el bar, donde ella y yo hicimos conexión, pareciera ser que el destino me dio en bandeja de plata a la chica de mi sueños.

Tomo mi mano, y comenzamos a platicar de nuevo, me tomó del hombro porque ya había bebido demasiado, y salimos del bar; caminamos juntas como el día de ayer, abrazadas por el frío que azotó en la ciudad, y nos detuvimos en ese bendito lugar donde mis ojos cayeron cautivos en ella.

Porque te conocí en la parada del autobús, llevabas Bufanda con cuadros, mini falda azúl, y tus medias negras.

Desde ese momento supe que sería tuya, Himawari....

(Así concluye "llegaste de la nada" en el punto de vista de la linda Sakurako ^-^)

Medias negras (Mini Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora