
Ayer había olvidado su cita con Mateo, y hoy no lo vió en todo el día.
Quizá si Bethany tiene suerte, el igual lo haya olvidado.
Después de otros 10 minutos en el auto de Justin, por fin llegaron a su casa.
- Vamos - Susurró su profesor mientras estacionaba en auto para después bajar de este.
Bethany miró el apartamento y siguió a justin dentro.
- Bueno, aquí vivo. Espero y no te sientas incomoda. Cualquier cosa puedes pedirla. ¿Quieres algo de tomar?
- Jugo, si tienes. Si no, agua -Le sonrió bethany mientras se sentaba en el sofá de la sala y sacaba un libro.
Justin fue a la cocina a por un poco De jugo para bethany. Sonrió. La tenía en el lugar perfecto para cumplir sus fantasías con ella.
- Aquí tienes -Le entregó el vaso de jugo y se sentó a su lado.- Este quieres ensayar?- Preguntó justin al verla con un libro en sus manos.
- Solo lo he sacado para leer por si tardabas un poco -Rió.- Su nombre es pideme lo que quieras. No ensayaría esto nunca. Muy erótico -Susurró.
- Perfecto. -Susurró justin- para cualquier chico, digo. Cualquiera estaría muy felíz si le pides que te ayude a ensayar con ese -Agregó Justin.
Bethany miró a su profesor a los ojos.
Esos ojos de un color tan dulce como la miel.
- ¿Usted es uno de esos chicos, sr. Bieber?
