Recordándote.

38 6 4
                                    

Estaba con las rosas en mi mano, recién salidas de la floristería.
Me refrescaban los dedos con las gotas de rocío que aún traían.

Otra vez volvía al punto de partida. Sola de nuevo.
Como si mi alma estuviese destinada a estar aislada de todo el mundo.

Sentada en el acantilado mis mejillas volvieron a inundarse de tus recuerdos en forma de agua.
Solté las rosas en las estaca y me fui. No lo aguantaba más. 

Mi móvil sonó, pero una vez más me la pelaba.
No era momento de atender a nadie con la voz entrecortada para tener que responder a la pregunta de siempre.
Cómo si le importase a alguien lo que me pasaba. Son preguntas que se hacen por compromiso.
A la gente le importa un carajo, van a su rollo.

Caminé a paso ligero hacia mi casa, solo quería un poco de paz.
Mis padres trabajaban hasta tarde en sus oficinas así que no habría nadie que me molestase.

Abrí la puerta de mi casa y una vez dentro fui flechada hacia el sofá.
Cogí el móvil y puse el buzón de voz de Kate.
Sonábamos las dos haciendo las gilipollas.

-¡Hola somos Kate y Venus, deja tu jodido mensaje y no molestes más!

Una y otra y otra vez escuché el mensaje hasta quedarme dormida con su voz grabada en mí.

Curando todas mis heridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora