1. Jaehyun

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Jung Jaehyun era conocido por ser el mejor.
Por siempre hacer lo que le pedían, por siempre saber que hacer, que decir, como actuar... Es por ello que era un experto en estafas, por esa misma razón, era un maestro en el manejo de armas y en el arte del asesinato.
Por esta virtud, por su carisma, por su relajada y elegante forma de ser, por su astucia y por muchos otros de sus talentos, es que se había vuelto la mano derecha del líder de su banda.
Habían incluso aquellos, que se atrevían a tratarlo con dicho nivel de respeto, y con bastante razón, Jaehyun a pesar de su rostro tierno e inocente, era más letal que cualquier arma de filo.
Su doble cara hacía que todos cayeran presos ante sus encantos, y es por ello que llegaría el momento en que incluso su líder, temiera por él.
Amenazado, le había dado a Jaehyun la orden que, aunque ni el mismo lo supiera, se volvería la más difícil de cumplir: debía matar a Winwin.

Cuando le dieron aquella orden, le pareció lo más simple del mundo, aquel chico "mudo" que desde que conoció había pensado que era extraño.
Es decir, como siquiera lo habían aceptado si no entendía nada de coreano?
Aquello de tener que darle explicaciones siempre le había cansado un poco, y se preguntaba, por qué debía él hacerlo y en qué pensaba su líder en dejarlo.
Y ahora finalmente podía deshacerse de aquel estorbo.

Entró en la oscura habitación, y oyó como la puerta era cerrada detrás de él con seguro.
Nadie saldría de la habitación hasta que el trabajo estuviera hecho.
Caminó al centro, el único lugar con luz, en donde estaba atado a una silla su compañero chino.
Vio como las vendas cubrían sus ojos y su boca, y recordó la única vez que el chico había hablado, justo cuando llegó, solo para decir su nombre.
Después, puede que por la frustración de no entender el idioma, y de que nadie supiera hablar el suyo, comenzó a comunicarse únicamente con señas.

Y de pronto, mientras miraba el inmovil cuerpo de Winwin frente a él, una voz en su cabeza comenzó a imaginarse como sería escuchar a Winwin diciendo su nombre.
Imaginó, basándose en el leve recuerdo que le quedaba, como la voz de Winwin sonaba más gruesa de lo esperado.
Y luego recordó aquella sonrisa que salía de aquella boca ahora tapada.

El chico era demasiado optimista, puro e incluso inocente. Jaehyun nunca había podido comprender por qué se encontraba en un lugar tan peligroso, cuando el chico a pesar de ser de su misma edad, era como un niño; su lenguaje en señas solo promovía más aquella apariencia infantil.
Winwin siempre estaba encantado con lo Jaehyun hacía, parecía sumamente orgulloso de él, lo cual hacía siempre lo hacía sentir bien.
Se dio cuenta en ese momento, en aquella oscura habitación, que desde que el joven chino había aparecido, comenzaba a hacer su trabajo para impresionarlo y ver una vez más sonreír con orgullo.
Dejándose llevar por su impulso, removió la venda de la boca de Winwin, para ver una última vez aquellos labios que solían curvearse en aquella sonrisa motivadora.
Pero por supuesto, los labios permanecieron serios.

Le extrañó que Winwin no opusiera resistencia, y se extraño él de si mismo, al caer en cuenta de lo que hacía.
Por que no lo mataba de inmediato? Por que removía la venda?
Lo tenía ahí, amarrado, listo para hacer el trabajo, y aún así, no desenfundada el cuchillo.

Pensó en aquellos ojos que parecían mirar todo con emoción, aquellos ojos que le hacían pensar que Winwin era inocente y que lo hacían desear sacar al chico de aquel mundo bajo antes de que su alma pura se contaminara como ya estaba la suya.
Aquellos ojos que lo miraban siempre llenos de un brillo, y deseo ver aquel brillo una última vez.
Y pensó, que tal vez si lo miraba, aquellos labios que permanecían serios sonreían una vez más.
Por lo que quitó entonces la venda de los ojos.
Sin embargo la mirada que Winwin le devolvió en este momento era una que jamás había visto en ese rostro.
Una mirada llena de dolor y lastima, una mirada de suplica.
Sus ojos, con un brillo vacío, se encontraron con los de Jaehyun, a quien había considerado su amigo y se abrieron levemente.
Jaehyun, al verlo, se agachó y se acercó a él, con la esperanza de oírlo hablar.
Si tan solo oía su voz una vez más, podría seguir adelante con su misión- se decía a él mismo.

Pero casi de inmediato, los labios de Winwin se cerraron de golpe, volviendo a aquel estado de silencio absoluto.
La mano de Jaehyun tembló, pero entonces bajo hasta su faja, en donde tenía la funda de su cuchillo, y sin apartar la mirada del chico frente a él, tomó el cuchillo por su mango y lo desenfundó.

La mirada de Winwin pareció cambiar, su rostro hizo una expresión sutilmente diferente, sin cambiar aún así aquel estado de seriedad.
Sus ojos brillaron con suplica, buscando dentro de Jaehyun por algo de bondad.
Es como si, aún en el silencio, hubiera comprendido las palabras de Winwin.
"No lo hagas" Le había pedido.

Se dio cuenta entonces de que a pesar de que el chico nunca había pronunciado una palabra, él siempre le había logrado entender.
Le explicaba, le respondía, aún sin oír realmente ninguna palabra.
Ya fuera por señas o por miradas, Winwin siempre le había hablado.

El chico en la silla apartó entonces la mirada, llevándola hasta al piso, y para Jaehyun, fue como una cachetada en el rostro.
Winwin le había dicho que lo hiciera.
"Apresurate y hazlo"

Tuvo que sujetar con fuerza el cuchillo, para que no callera de sus manos.
-Hablame- dijo tomando con su mano libre el rostro de Winwin, forzándolo a verlo - por favor- dijo casi en una súplica.

"Por que tengo que ser yo quien te convenza?" le entendió a Winwin, o quizá era su propia conciencia quien respondía disfrazada. "Por que dejas en mi esa decisión?"

One Last Time -JaeWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora