2. Winwin

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Había un cuchillo en sus manos, podía soltarse en cualquier instante, podía ser libre incluso desde antes de que Jaehyun ingresara a la habitación, sin embargo no se movió.

Permaneció atado, inmóvil, incluso cuando escuchó los pasos de su compañero ingresar en la habitación.

"Él va a matarme" pensó de inmediato, y cuando lo escuchó más cerca, cerró los ojos, aun si estos estuvieran vendados, en forma de reflejo.

Lo había aceptado, iba a morir en manos de Jaehyun.

Y sinceramente, no le importaba. Uno de ellos tenía que hacerlo... si él no moría, significaba que él tendría que matar a Jaehyun... la primera opción sonaba mejor.

Pero no lo hacía. Escuchaba sus pasos, sentía su presencia frente a él, oía su respiración.

Había permanecido inmóvil desde que fue cegado, permitiendo que sus oídos tomaran todo el control de su cerebro.

Oía, como la respiración de su compañero se agitaba, como se acercaba aún más, sentía aquella mano acercarse y se preparaba para el final que no llegaba.

Sintió su boca libre.

Pudo haber gritado, pudo haber reclamado, pudo haber suplicado... pero no hizo nada de aquello. No tenía sentido hacerlo después de todo... Jaehyun no hablaba en chino.

Y aun así, desde que había llegado, Jaehyun se había encargado de ayudarlo, de explicarle, sabía que era difícil trabajar con él.

Sabía el estorbo que era al no poder comunicarse, sin embargo, cuando estaba con Jaehyun siempre sintió que era entendido, cuando Jaehyun le explicaba, sentía que entendía.

Había deseado mejorar, había deseado poder hablar fluido, había comenzado a aprender el idioma, desde que se dio cuenta de que quería poder hablar con Jaehyun.

Sus ojos se destaparon después.

El rostro de Jaehyun parecía miserable, como si sus pensamientos lo estuvieran consumiendo, se veía fuera de sí... y aun así, se veía perfecto.

Su rostro de porcelana, sus labios gruesos y rojos. Sus ojos... brillantes y siempre llenos de vida.

Se perdió en aquellos ojos un momento, y deseó decirle aquellas palabras que había tenido reprimidas desde que comenzó a pasar tiempo por él. Las mismas palabras, que lo habían convencido de volverse un sacrifico esta noche.

Cerró los labios de golpe. No quería distraer a Jaehyun, deseaba simplemente morir. Sujetó el cuchillo con más fuerza, haciendo que este se clavara un poco en su piel.

Y por un momento, el dolor le dio un nuevo pensamiento.

Solo por un momento, deseó tener sus manos desatadas, y tomar aquel rostro perfilado entre ellas. Por un momento deseo tener un poco más de tiempo, para poder seguir a su lado.

Por un momento, sus ojos reflejaron una súplica, pero tan rápido como ese pensamiento llegó, así se había ido.

Bajó sus ojos al suelo, incapaz de mirarlo nuevamente, aceptando una vez más el destino que le correspondía.

Si tenía que morir, esta era la mejor forma de hacerlo, asegurándose de darle a Jaehyun todo aquello por lo que lo había visto trabajar tan duro.

Solo deseaba que acabara rápido, antes de que la duda lo atacara una vez más.

-Háblame.

El oír su voz lo tomó por sorpresa. De pronto, sintió como su corazón se agitó.

Por qué dudaba? Por qué aún seguía vivo? Siempre pensó que Jaehyun simplemente era amable con él por lástima, nunca se sintió como algo más que una carga, pero las manijas del reloj seguían avanzando, y aún seguía respirando.

Por qué? Por qué? Por qué?

Por qué tenía que ser él quien lo convenciera?

Por qué necesitaba ser convencido?

Por qué dejaba en él esa decisión?

Por qué ahora él también tenía dudas?

Le dio vuelta al cuchillo en sus manos, y de forma hábil rompió la soga que lo mantenía preso.

"Déjame tomar esa decisión por tí"

Tomó, con una mano, aquella de Jaehyun que se posaba en su rostro, y la apartó suavemente, sin soltarla completamente.

La otra, se fue hacía la mano que sostenía el cuchillo, y la movió lentamente a su cuello.

-Hazlo- pronunció, a pesar de que su acento no fuera el correcto, aquellas palabras en coreano.

Y le dedicó una última sonrisa de orgullo.

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One Last Time -JaeWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora