XI

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XI

Cariño mío no llores,

mi amor,

mi amada,

mi bien.

No me llores que esta vida

es como tiene que ser.

Te abrazaré en mi partida,

te abrazaré en mi partir,

y no llores vida mía,

porque sé...

sé que me tengo que ir.

Me llevarás en tu pecho,

te llevaré junto a mi,

y en el firmamento dibujaré las estrellas

que te muestren el sendero

que tú tienes que seguir.

La luz me llama,

mi vida.

La luz clama en mi ser,

y me dirige el camino

el buen ángel Azrael.

A ti te llevo prendida,

te llevo sobre mi piel,

y en esta mi partida

solo quiero vida mía

que sepas que eres mi vida

y que siempre te querré.

Te espero al otro lado,

allí no hay oscuridad,

solo la luz calma y clara,

solo un remanso de paz.

Te espero y en mi partida

quiero que sigas feliz,

y cuando llegue tu hora,

mi amor,

yo estaré allí junto a ti.

Abrazando a la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora