You're still the one || Serie De OneShots De Larry Stylinson

VECINO

· Harry tiene a un vecino muy sexy que lo pone caliente.

Harry suspiro levemente mientras metía un consolador rojo a su entrada-ya roja e hinchada por tanto abuso en ella-por indefinidamente número de veces.

Y es que tocarse en la ventana sobre uno de sus sillones frente a ella mientras su sexy vecino cortaba el pasto, es uno de sus pasatiempos favoritos.

— A-ahhh —gimió un poco alto al rozar con la punta del pene artificial su punto dulce y poso su vista en los fuertes brazos de su vecino que estaban descubiertos al igual que su fornido pecho— si-sísísí más —gimió esta vez un poco más fuerte que antes al sentir un gran placer por meterse todo el dildo dentro de él, pero rápidamente se arrepintió de ser tan ruidoso al ver a su vecino Louis alzar la mirada curioso hacia donde él estaba.

Harry inmediatamente bajo del pequeño sillón en el que estaba mientras le rogaba a lo más santo porque Louis no lo haya visto masturbándose en la ventana.

— ¡Mierda! —exclamó el rizado, con la cara roja de la vergüenza.

Parado en medio de su sala, soltó un suspiro y miro a su fiel amigo.

El dildo.

— Casi nos cacha, ¿verdad? —le dijo al objeto inanimado y después de unos segundos se rió de sus propias ocurrencias— dios, necesito un novio —se quejó mirando al cielo pero dio un salto al escuchar el timbre de su casa ser tocado.

Harry abrió los ojos como platos y rápidamente fue a buscar ropa a su cuarto, ya que estaba desnudo por sus anteriores actividades.

Por la prisa que tenía no se dio cuenta que dejo tirado el dildo en el suelo-un lugar muy visible.

El rizado se ponía toda su ropa correspondiente a la velocidad de la luz y se quejaba porque ya se había dado varios golpes en sus dedos de los pies. Maldijo cuando lo timbre volvió a sonar.

— ¡Voy! Mierda ¡Ya voy! —grito justo cuando termino de ponerse su última prenda.

Rápidamente corrió hacia la puerta, pero se detuvo bruscamente cuando de reojo vio su consolador tirado en el piso. En un movimiento rápido lo agarro y lo escondió debajo de un cojín de su sillón.

Se peinó un poco sus rizos, y ahora sí, se dirigió a la puerta y la abrió, encontrándose con la persona que menos esperaba ver en esos momentos.

— Hola —el castaño sexy de su vecino lo saludo con una hermosa sonrisa de comercial de pasta dentífrica.

Harry solo se le quedo observando por unos largos segundos y se sonrojo un montón al recordar que hace menos de quince minutos se estuvo masturbando pensando en el caliente hombre que tenía enfrente.

Louis frunció levemente el ceño al ver que su vecino Harry no le devolvió el saludo y parecía como si le hubieran pintado la cara de rojo ya que estaba de ese color.

— Disculpa ¿Estas bien? —le pregunto un poco preocupado.

El más joven solo salto un poco en su mismo lugar para después posar su vista en los ojos azul profundo de Louis y responderle:

— S-sí... yo l-lo siento me perdí un p-poco —soltó una risa bajita al notar lo nervioso que estaba, carraspeo un poco y después miro a Louis— ¿En qué te puedo ayudar? —le pregunto a su vecino sexy, caliente, exquisito, varonil-

Mejor para Harry, te estas dejando en vergüenza se dijo a sí mismo.

Louis le sonrió de nuevo— ¿Yo?... ¡Oh si lo siento! —se disculpó y Harry se rió un poco por el comportamiento del castaño— solo vine para decirte que si me podías dar un poco de azúcar, la mía se me acabó y... pensé que tu tendrías un poco —sonrió ladino.