Capítulo tres

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Lizy no logra recordar cuándo los "miércoles de almuerzo" empezó a ser una cosa frecuente, pero ya lo es y apenas logra recordar lo que solía hacer en sus descansos de los miércoles durante el almuerzo antes de que ella empezara a pasarlos con Rosy y Karla, compartiendo historias, sobre sus día a día y los hombres en sus vidas y sus trabajos...
Lizy no tenía muchos amigos, pasó su infancia siendo algo así como una especie de nómada, y luego conoció a Miki y se separaron pero entonces vino Suki a su vida. No obstante, como madre soltera de veinticinco años, apenas había sido invitada a las comidas informales y tés y mierdas ésas que otras madres solían hacer en el parque infantil. Rosy y Karla fueron sus primeras reales y buenas amigas que ella había tenido.
Y, normalmente, ella no ve la hora de que llegue el descanso del miércoles de almuerzo porque ellas son su familia, desde todo punto de vista. Ellas son su gente, su sistema de apoyo y ella iba a necesitarlas pero también implicaba tener que contar eso y la perspectiva de todo esto es...
Así que ella entra al lugar donde suelen comer y nota que hay un peso establecido en su estómago y, a lo mejor sólo se trata de su nuevo estado constante de ser, quizás ella necesitaba acostumbrarse...pero Lizy no sabe cómo va a ser capaz de pretender que todo iba bien durante la comida, y tampoco tiene ni idea de cómo decirle a Karla.
O cómo enfrentarse a Rosy.
Quien había sido comprensiva, por supuesto, pero también cautelosa.
(¿Por qué de todos los amigos de Aaron del hockey, ella tenía que elegir a Dalas? El chico nuevo que nadie conocía muy bien. ¿Por qué no había podido escoger a Samuel? ¿O a Guillermo? Lizy tuvo que recordarle a Rosy que ella no había planeado nada de esto exactamente. Estaba un poco nerviosa por lo rápido que ella había saltado en defensa de Dalas, pero él no había sido nada más que maravilloso hasta ahora y ahora necesitaba a sus amigas para que la apoyen, no dudar del carácter de la persona que estaba atada a partir de ahora como había insinuado Rosy en su momento).
Lizy es la última en llegar y todo son sonrisas y abrazos mientras ella se sienta y ordena su comida; y se da cuenta de que tal vez ella no necesita preocuparse, tal vez estaba exagerando, tal vez...
—Bueno...¿cómo has estado?—inquiere Karla.
—Estoy embarazada—deja escapar, y mierda, no era así como ella planeaba empezar la conversación.
Rosy casi se atraganta con el agua y Karla simplemente la mira perpleja.
—¿Qué?
Ya no hay vuelta atrás.
—Sí, estoy—-e—estoy embarazada. Esperando. Un hijo.
—¿De quién?
—"Con quién"—corrige Rosy y Karla la ignora, demasiado sorprendida por la noticia.
—No has estado viendo a nadie en secreto, ¿verdad?— exige, inclinándose sobre la mesa hacia ella con los ojos entrecerrados, como si ella pudiese ser capaz de olfatear la identidad del padre.
Lizy toma un sorbo de agua(cielo santo, hace mucho calor aquí, ¿el aire acondicionado funciona o qué...?)
—¿Lizy?—cuestiona Karla. La aludida coloca el vaso de agua en la mesa y suspira. Siente que está por venir un dolor de cabeza.
—¿Recuerdas a Dalas, del cumple de Aaron?
—¿El atractivo chico de Barcelona?
Lizy asiente muy lentamente.
—No me digas.
—Karla-—
—¿Has estado durmiendo con el atractivo chico barcelonés del equipo de Aaron y no nos lo has dicho?
—¿Podrías bajar la voz, Karla? Estamos en público—susurra Rosy. Karla continúa ignorándola, centrándose únicamente en Lizy, quien desea fervientemente que la tierra se abriese y la tragara.
—No estoy durmiendo con él. He dormido con él. Una vez. Y no es barcelonés...— aclara y, sí, suena fatal cuando lo dice de ésta forma pero honestamente toda la situación ya está fatal y ella ha estado lidiando con una montaña de pánico. No obstante, exponerles todo el escenario es ponerlo todo en perspectiva y, joder, ella está embarazada por algo de una noche y él estará alrededor para siempre o, al menos, hasta que él se canse de ellos y eso...
Eso...
—¿Cuando?—Karla interrumpe sus pensamientos.
Lizy se limita a mirarla.
—Oh, Dios mío.
—Fue cosa de una sola vez...simplemente...nada de ésto se suponía que tenía que pasar, pero pasó así que...Aquí estamos.—explica Lizy, de alguna manera sin encogerse visiblemente. Vuelve a levantar el vaso de agua y se lo acaba, sólo para hacer algo. Se siente extrañamente ligera ahora que se lo ha sacado de su pecho, sin embargo ahora tiene que lidiar con sus preguntas durante el resto del almuerzo y se pregunta si puede utilizar su embarazo como excusa para huir de allí más pronto.
—¿Se lo has dicho?— Karla pregunta.
—Sí.
—¿Y?
—Sí, ¿cómo se ha tomado las noticias?—Rosy cuestiona. Lizy entrecierra los ojos ante el tono pero la atención de Karla se extravió a Rosy.
—Espera. ¿Tú lo sabías? ¿Por qué ella lo ha sabido primero?—reclama Karla.
—Porque estuvo vigilando a Suki cuando él y yo nos reunimos para hablar y entonces ellas llegaron pronto y él todavía estaba allí y...
Karla la interrumpe, aparentemente satisfecha con las excusas.
—Entonces, ¿qué te dijo?
Lizy encoge de hombros.
—Ya sabes...sólo...cosas.
—¿Qué clase de cosas? En plan...¿va a estar involucrado? ¿Estaba molesto? ¿O qué?
Ella vuelve a encoger de hombros otra vez.
—Él estaba...No lo sé. Quiere estar involucrado. Vino a mi cita con el doctor y...
—¿En serio?
Lizy mira a Rosy.
—Sí, en serio. Es un buen tipo. Él ha sido...realmente genial con todo ésto.
Su pecho se tensa al recordar su desmoronamiento en el estacionamiento de ayer.
(Dios, sólo fue ayer.)
Y él abrazándola, y secándole las lágrimas y besándola en la frente. Él había sido muy...tierno, y amable, y ella no tiene ni idea de qué hacer con eso. No tiene ni idea de cómo responder a ése hombre (ése hombre del que sabe que se siente atraída, con el que ha estado y con el que ella estaría si no fuese por las extenuantes circunstancias) quien al parecer se ha tomado todo esto con calma, quien no ha hecho más que tomar su mano y apoyarla desde el momento en que él se enteró de todo.
—Entonces, ¿ustedes están saliendo o algo ahora?— pregunta Karla.
—No— responde ella sin rodeos. Karla alza una ceja—No lo sé, estoy embarazada y ya tengo una niña y...
—Sí, tú estás embarazada de él. No sería tan raro.—señala Karla.
—Ya tengo bastante en mi plato tratando de averiguar todo ésto, no puedo manejar una relación por encima de todo.
Especialmente con él.
—¿Así que ustedes son sólo amigos? ¿Qué opina él?—inquiere Rosy.
Lizy encoge de hombros.
—No lo sé. Él...no lo sé. No hemos hablado de esto.
—¿Está interesado?
("Esperaba que llamaras")
—Creo que sí. Tal vez. No lo sé. ¿Podemos cambiar de tema ahora? ¿Cómo van las cosas con tu pareja, Karla?
—Una última pregunta—Rosy dice, y Karla hace un sonido molesto pero no interrumpe—¿Lo sabe Suki aún? ¿O Miki?
—No.
Rosy sonríe con tristeza.
—De acuerdo.

Todo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora