Capítulo · 3
Me desperté y pude observar la cara de un angelito dormido en mi cama. No sé si realmente me gustan las mujeres, porque no me acuerdo de casi nada... aunque me resulta raro amanecer con una chica a mi lado. Llevo toda la maldita noche y parte del anterior dia con ganas de hacer mis necesidades y no me atrevo a decírselo. Pero lo voy a tener que hacer o me encargaré de pedirle perdón por mearme encima con ella a mi lado. Así que... voy.
Intenté despertar a rizos con un ligero golpe en el brazo pero la tia siguió durmiendo como si nada... Lo intenté nuevamente pero me contestó con un ronquido.
Candy: ¡Rizos!
Rizos: ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? -se despertó.
Candy: Siento interrumpir tu sueño profundo pero... ¡me estoy meando!
Rizos: Buenos días para ti también.
Rizos me cogió en brazos y me llevó a mi silla de ruedas y se volvió a la cama. Al ver que se volvía a dormir, rápidamente flexione los brazos e hize que la silla saliera disparada al pasillo. Unos médicos que pasaban por allí tuvieron que apartarse para no correr el riesgo de ser atropellados...me hizo gracia pero no era el momento.
Llegué al baño como si mi vida dependiera de ello. Una paciente que salia de una de las puertas, me miró con cara extraña, yo arranque mi silla y me adentré en una de ellas.
Al instante me di cuenta que no tenía forma de subirme al retrete y entré en pánico.
Empezé a gritar sin verguenza SOCORRO!!! y un par de médicos acudieron a mis gritos y abrieron la puerta de una patada como en las películas, y me preguntaron:Enfermera: ¿Qué sucede?
Médico: ¿Le ocurre algo señorita?
Candy: No, bueno si... Que no tengo forma de subirme y hace ya horas que voy aguantandome.
La enfermera resopló y el médico y ella se miraron cómplices.
El médico me cogió en brazos y me puso encima del váter y la enfermera me bajó los pantalones. Yo empecé y los médicos salieron. Cuando terminé, les dí una señal y volvieron a entrar.
Volví para mi habitación muerta de verguenza y me encontré a Edward.
Edward: Buenos días Candy. ¿Te gusta el Hospital?
Es hora de pasarlo bien.
Candy: Lo que más me puede gustar de él, es la bonita compañera de habitación que tengo.
Rizos: ¿Quién me llama?
Candy: Yo, amor.
Rizos: Ah, vale - abrazándome.
Edward: Veo que os habéis hecho muy buenas amigas...
Rizos: Y más que eso.
Edward: Que más quisieras...
Candy: Es verdad. Es mi novia.
Edward me miró extrañado.
Rizos: ¿Qué? ¿Cómo te quedas?
Candy: ¿Qué querías?
Edward: Pues venía a verte como estabas, pero veo que no necesitas mi ayuda... os dejo a solas.
Rizos: Gracias.
Candy: Adiós Edu. Te queremos.
Edward: Y yo a ti.
Noté que se puso rojo y se fue. Cuando cerró la puerta Rizos y yo empezamos a dar saltos de alegría mientras nos burlábamos... aunque a mi me gustó mucho el poder oír de su boca que también me quería.
No Candy! No! Deja de pensar eso. Por suerte Rizos me quitó de mis raros pensamientos mañaneros.
Rizos: ¿Vamos a comer?
Candy: ¿No nos lo llevarán aquí?
Rizos: Candy. La comida del hospital está asquerosa. Son sobras de la comida de otro vueltas a calentar.
Candy: Argg que asco !! Entonces... ¿Qué hacemos?
Rizos: Ven conmigo. Yo sé donde podemos ir.
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El último beso [Completa]
Romance1a EDICIÓN* Candy ingresa en un hospital y desde el principio se enamora de unos ojos azules que la llevan a su habitación con su compañera lesbiana que desde el minuto uno va a intentar ligar con ella. Seguidamente ella se verá confusa entre dos pe...