—Vamos. —Louis la observaba con impaciencia mientras Natasha se ponía unos pantalones cortos y una camiseta encima del brillante bikini de color coral.
—Ya voy —dijo ella con un gruñido—. Pero no veo a qué viene tanta prisa. Son solo las nueve menos veinticinco.
Louis podía perdonarle el mal humor. Eran casi las dos de la mañana cuando los últimos invitados de la boda habían dejado al fin la playa y se habían dirigido a una de las quintas más grandes. Y, pensó Louis con una sonrisita engreída, no se podía decir que Natasha y él se hubieran ido a dormir directamente.
Pero ese día era especial y él quería empezar lo antes posible. Iba a tener a Natasha solo para él, sin nadie alrededor, el día entero. Sin interrupciones. ¿Cómo no iba a estar impaciente?
—Ya llevo yo crema protectora en la mochila —exclamó Louis mientras Natasha revolvía por el baño.
—Ya lo sé. Estoy agarrando la crema de cacao para los labios —le soltó ella al tiempo que tomaba el tubo de donde lo había dejado con todo cuidado, en el aparador del baño. Justo entre la crema limpiadora y la hidratante.
Por alguna razón estúpida, la colocación de sus artículos de tocador hizo sonreír a Louis. Lo recordaba de la universidad, la forma que tenía de poner cada cosmético, cada prenda de ropa, en un lugar concreto, y siempre lo devolvía allí después de usarlo. En eso no había cambiado nada. Cuando había llevado sus cosas al chalé de Louis, este había sentido una emoción extraña mientras observaba cómo hacía sitio con todo cuidado para sus cosas entre el desorden masculino.
Pero Louis tampoco quería darle vueltas al hecho de que le parecía de lo más natural tener el champú de Natasha junto al suyo en la ducha. En ese momento, lo único que quería era tenerla solo para él y ofrecerle un día asombroso.
Había planeado ese día en parte como forma de darle las gracias por todo lo que los había ayudado con la boda. Natasha se merecía un premio por renunciar a sus vacaciones para echarles una mano a él y a Harry. Y bien sabía Dios que no habrían sobrevivido sin ella. Decir que no habían estado preparados para la boda de una exigente aspirante a estrella de Hollywood sería quedarse muy cortos.
<<Tomar nota: La próxima vez que intentes algo nuevo para ampliar el negocio del hotel, empieza con algo un poco más pequeño>>. Pero ese nunca había sido su estilo. Louis siempre hacía las cosas a lo grande o no aparecía, y la primera boda de relieve de Cayo Holley no iba a ser ninguna excepción. Y al parecer todavía no se le había acabado la suerte, porque había llevado a Natasha justo a tiempo para salvarle el pellejo.
Así que una excursión en velero alrededor de las islas vecinas y los cayos desiertos era lo menos que podía hacer.
Y, mira por dónde, al mismo tiempo podía satisfacer también sus propias necesidades.
Sonrió mientras Natasha bajaba por la playa gruñendo y sujetándose el sombrero con una mano para evitar que la brisa marina de la mañana se lo llevara.
—¿Estamos listos? —exclamó Louis cuando llegaron al muelle.
—Todo listo para salir, Louis. —Nathan, un nativo de la isla que trabajaba como marinero de cubierta en los barcos del complejo, hizo destellar una sonrisa blanca que contrastaba con su piel oscura—. Lleva gasolina de sobra y el depósito de agua potable lleno, suficiente para que se duchen si les hace falta. Y he recogido la nevera de la cocina como me pediste.
Una lenta sonrisa se extendió por la cara de Natasha al admirar el Placer de Holley, un Beneteau 505 de cincuenta pies. Se parecía muchísimo al que tenía el padre de Louis, el barco en el que Natasha y Louis habían navegado juntos en el puerto deportivo de San Francisco el último año que él había pasado en Berkeley. Por la forma en que los ojos de la joven se arrugaron tras las gafas de sol de color lavanda, era obvio que se acordaba.
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Fiesta Privada (Louis Tomlinson Fanfic)
RomantikQUE SUBA LA TEMPERATURA... Encontrar al hombre con el que se acaba de casar in flagrante delecto con otra mujer no formaba parte de los planes que había hecho Natasha para su espléndida boda. Ahora es una novia sin novio, pero decidida a disfrutar...