Capitulo 1 - Realidad

16 2 0
                                    

 Hoy ah sido un día demasiado frustante, el día de mañana presentare exámen de microbiología y me da pena aceptar que no entiendo mucho.

Pasa ya de media noche y en lugar de estudiar un poco más me eh pasado las horas platicando con Lázaro, un estudiante de mi universidad que recien me agrego ah su perfil de wordnet, un sitio virtual donde se puede enviar archivos de voz, chatear e incluso mandar libros, es un chico extraño, no negaré que es atractivo.

Sin despedirme de el, tomo mi último sorbo de café, que por cierto se ah enfriado, cierro mi ordenador y corro a invadir mis bien acomodadas cobijas.

Antes de apagar mi elegante lampara con forma de conejo, echo un vistazo al techo, intento concentrarme en lo que logré estudiar antes de que Lázaro me hubiece enviado esa nota de voz "Hola hermosura". - ¡¿que le ocurre?! me pongo tensa al recordarlo, aunque su voz era sexy, un poco arrancherada pero sexy, igual me pongo furiosa por haberlo tratado tan amablemente, ya que no me gusta que me piropeen cuando no les conozco, de igual ya de nada sirve sentirme una chica fácil, así que doy vuelta al boton y mi lámpara me deja en oscuridad.

Cuando por fin logró dormir, me encuenntro en el patio de mi casa, hay hamburguesas del tamaño de un perro chihuahua en el piso, hasta que me doy cuenta que las piso, suelto una risita burlona y ahí es donde escucho el grito de mi adorable abuela

-¡Que estas ciega! ¡fijate por donde pisas bestia!

siento como mi corazon empieza a latir bruscamente y perdiendole el poco respeto que le guardaba le grite

- ¡que soy la única que vive en esta casa a la que puede fastidiar!

aunque tenía toda la razón, mi vista no es tan buena, solo veo el 60%, justo antes de terminar con mi gran insulto escucho como la puerta trasera se abre atras de mi, era mi padre. Mi primera reacción fue correr antes de que el me cogiera del brazo para plantarme tremenda bofetada por hablarle asi a Doña Marta, afortunadamente logré desviarme y correr a el patio delantero donde se encontraba mi madre muy amable platicando con dos de mis primas, cuando me logra del brazo mi padre con mi abuela detras, tipico ella llorando. Mi padre comenzó a insultar pero por alguna razon no lo escuchaba a el, entre cerre los ojos para enfocar mi ambiente, todos se veian borrosos y solo lograba escuchar zumbidos chillantes, volteó para enfocar a mi madre y entender que ocurre, pero ya no es ella, sus cuerpos son los mismos pero su cara de mi abuela, mi corazón comienza a latir desenfrenadamente y justo cuando mi padre con cara de anciana levanta su mano extendida para aterrizarme una bofetada logro deapertar.

Son las 3:00am en punto, la hora en que la noche topa su máximo de oscuridad, enciendo a mi conejo lo más rápido que puedo y examino cada rincón de mi cuarto, siento un terror tan extremo que me cuesta querer creer que lo ah ocacionado Doña Marta, mi dulce y amable abuela, no logro calmarle y se que aunque intente dormir no lo lograré, asi que salgo de mi habitación y me meto en la enorme cama de mis hermanos Esteban y Marta, programo una alarma que me despierte para que me de tiempo de huir de su cueva antes que despierten, no batallo para conciliar el sueño, pego la cabeza entre las dos almohadas y puuf, en un instante estoy dormida. 

Tengo tanto sueño, pongo música en mi cel, siento como el agua caliente de la regadera cae en mi, hago una protección con mis manos extendidas sobre mi frente, tipo sombrilla para evitar que el agua toque mis parpados y sienta que mis ojos se cocen, me inclino un poco hacia atrás y ya esta, sigo la letra de la canción, patience - guns and roses, un par de minutos ardiendo bajo el agua y vuelvo en mi, arrepentida de haber desperdiciado tanta agua, me siento culpable como todos los días, y término mi ducha de inmediato. 

- ¡Fernanda, sal del baño ya! ¡llegaré tarde por tu culpa! - me grita Ross, mi hermana mediana,

- ¡ya salgo! - le contesto, eh inmediatamente me enrollo en mi toalla, cogo mi cosas y salgo,

-¡Vaya! ¿que te banaste en vapor? - me dice entre risas mi madre. Corro a mi cuarto lo más que puedo estoy temblando y ahí esta, Sofía, la más pequeña de los 5, esculcando mis cosas

-¡BUUUUUUUUU! - grité, y reí al ver como se estremeció 

- buscaba tu cargador - tartamudea y se va. 

Me siento un poco molesta asi que programo un listado de canciones de Epica, Airbag y Warcry, subo el volumen y ya estoy en mi sitio, tranquila sin estrés me veo en mi espejo, botas de cuero con estoperoles en los costados, pantalon negro, blusa azul de botones, chaqueta negra y mis dos collares de dijes de siempre. Me aliso mi cabello largo hasta la cintura, me maquillo y lista. 

- ¡Fernanda! ¡se te pasará el camión! - me grita desde la cocina mi madre 

- Ya vete que no te pienso llevar, para que no te levantas más temprano. 

- déjeme le informo que me levanté temprano señora. - sin más le conteste.

Echo mis tres libros a la mochila y mi cuaderno donde tengo las materias mezcladas y salgo apresurada de casa cuando me pasa el camión enfrente, por algo pasó antes, así que no reto al destino y pongo marcha a la universidad a pie, de igual no estaba preparada para mi primer clase que era mi examen de micro, camino con tanta paciencia y compro tres cigarrrillos en el camino, cuando recibo un mensaje de texto a mi cel, es Lázaro, "Buenos días hermosura, espero hayas tenido linda noche echale ganas en tu examen." De alguna manera éste chico se le nota cierto interés en mi así que me limito a contestar.

En mi trayecto a la universidad veo a gente extraña que me observa, no se me hacia algo raro ya que mi forma de vestir siempre a llamado la atención, pero hay algo que me inquieta justo hoy.

Los Triángulos de la noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora