Circus: el Gran Espectáculo || KrAyHan

I

-El Circo de los Horrores... Un lugar donde encontrarás a los fenómenos más extraños y monstruosos del mundo... Un lugar donde encontrarás cosas que, absolutamente nunca, podrías haberte imaginado... Un lugar donde las artes circenses y el horror se unen... ¡Buenas noches, damas y caballeros, y bienvenidos al Gran Espectáculo!

Las personas comenzaron a aplaudir, silbar y gritar emocionadas, siguiendo inmediatamente al joven de traje negro y medio rostro cubierto por un antifaz que se adentraba en el interior de la gran carpa de rayas blancas y rojas, cuya entrada consistía en la gigante boca de dientes afilados de un horrible monstruo, orejas puntiagudas a sus extremos, ojos enormes y pupilas diabólicas, sonrisa siniestra y expresión perversa.

YiFan estrujó con fuerza el papel rojo de letras negras que su mano derecha contenía, propaganda del Circo de los Horrores ante el cual se encontraba, aquel que había llegado recientemente a Changshá después de un tiempo bastante largo sin pisar el país chino. Había oído hablar numerosas veces de él, de sus llamativos espectáculos de artes marciales y de acrobacias, de sus talentosos y sensuales artistas y de, sobre todo, sus curiosos shows en donde presentaban fenómenos paranormales nunca vistos.

El Circo de los Horrores, en el pasado, había cobrado tanta fama, que incluso había logrado superar al Circo ChengDu, el más famoso de toda Asia que había atravesado mares para pisar tierras americanas y europeas. Sin embargo, pasado un tiempo, su éxito se extinguió, quedando en el olvido y pasando a ser un simple recuerdo.

Después de aproximadamente dos años, el Circo de los Horrores renacía con un nuevo show llamado el Gran Espectáculo, y YiFan se encontraba ante él, a punto de presenciar las nuevas actuaciones y rarezas que habían preparado para su triunfante regreso.

Sonriendo con energía, se colocó bien el sombrero marrón que cubría su cabeza y enseguida siguió a la multitud al interior de la carpa. El vestíbulo dio paso a un pasillo oscuro, cuyas paredes consistían en telas negras cubriendo secretos y cuyo final desembocaba en una enorme abertura desde la cual entraba la única luz que iluminaba el entorno.

-Espero que estéis preparados, damas y caballeros, porque lo que vais a presenciar a continuación, es algo sumamente fascinante y novedoso, algo que se ha atrevido a desafiar las leyes de nuestro Dios y de la naturaleza que nos rodea...

El showman, de aspecto demasiado joven y cautivador, sonrió pícaramente mientras paseaba su orgullosa mirada por todas y cada una de las personas que se encontraban allí, mujeres y hombres de todas las edades, niños, ancianos. Entonces, con un movimiento repleto de elegancia estiró el brazo para agarrar el borde de una de las telas y tiró de ella con rapidez.

-Os presento a... ¡La mujer barbuda! -exclamó con donaire.

Seguidamente se escucharon exclamaciones de asombro al contemplar, conmocionados, a la mujer de cuarenta y pocos años sentada sobre un taburete en el interior del cubículo, sus cabellos rojos cayendo en cascadas sobre sus hombros, su mirada traviesa mirándose a sí misma a través de un pequeño espejo que su mano derecha mantenía mientras con la izquierda delineaba de un rojo pasión sus labios, y, lo más alucinante de todo, sus mejillas y su mandíbula cubiertas por una espesa mata de pelo castaño.

-Es increíble, ¿verdad? -preguntó el muchacho para animar al público a participar. Las personas asintieron, algunas incluso se acercaron a la mujer queriendo tocar su barba- ¡Me alegro que sea así! Porque lo siguiente que os enseñaré, lo será muchísimo más... ¡Aquí tenemos a Soo! -enseguida, destapó, en el lado contrario, la siguiente cortina, dejando ver a un hombre con  manos deformes, en forma de aletas de foca- Sí, señoras y señores, Dios quiso crear a este ser aberrante... Sin embargo, ¡también quiso otorgarle un don!