SOL Y LUNA

SIN TIEMPO

Los extensos campos que tenía delante de sus ojos le hacían creer mediocres sus fuerzas. La oscuridad, encogía su sentimiento en el ambiente. La noche era perfecta, estaba vestida de gala, la penumbra hacía creer a este muchacho que tenía puesto un vestido negro.

Seguía observando, su visión parecía demasiado limitada. No habían árboles cerca, todos los pájaros se habían ido a dormir con el sol. Solo las estrellas estaban allí, observándolo todo, pero ni siquiera una se veía confiable.

La cuerda de su viejo reloj se desprendía poco a poco, el tiempo corriendo de vez en cuando lo alteraba de alguna manera; él, dispuesto a hacerlo todo encadenado a la incapacidad de hacer nada.

Sus almas guardaban una pequeña conexión, quizás un pequeño hilo opaco que se desgastaba con el movimiento de las agujas del reloj.

Su voz luchaba por llegar a ella, pero ni siquiera la lírica más perfecta parecía tener efecto. La espera lo consumía, así como la oscuridad consumía el paisaje...

Querida, nos quedamos sin tiempo, éste se nos acaba,
Y no quiero que el camino sea tener que renunciar,
La noche se hace corta y no deseo que llegue la mañana,
El reloj se hace rápido, y no está pensando en parar.

De haberlo tenido todo, veo que me quedo sin nada,
La distancia se hace perfecta y no piensa terminar,
Querida ¿Dónde estás? No te encuentran mis miradas,
El tiempo amenaza con terminarse y sé que lo hará.

Se expande la distancia, se hace cada vez más larga,
He tomado mi decisión pero no te puedo encontrar,
La luna me observa, tal vez escuches mis palabras,
Una diferencia nos separa y no la puedo encontrar.

Se termina el tiempo, poco a poco se acaba,
Mi corazón calla, ya no queda espacio para hablar,
Búscame también, dejaré libre a mi alma,
Espérame en la puerta, tal vez me veas llegar.

Querida, tenemos poco tiempo, éste se nos acaba,
El reloj se detiene, sé que va a estallar,
Me siento en el vacío, y creo que espero por nada,
Y no quiero que el camino sea tener que renunciar...