Spencer, neutral

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Cuando caminaba por la calle me di cuenta que había olvidado un trabajo de Historia Americana que debía entregar con urgencia si quería un sobresaliente en esa materia, decido volver a la casa resignada por tener que ver una desagradable escena por unos minutos más al día. Mi padre, su novia de 15 años menos que el, besándose como si no hubiese mañana sobre el sillón, el que mi madre compró antes de todo este caos y que, si fuera por mi, lo quemaría con desechos radioactivos después de ver esas escenas repetidamente.

-Spence, te has olvidado esto.-me tiende el trabajo que agarra de la mesa para café del living, mientras me sonríe con sus brillantes dientes y sonrisa de arpía quien, amablemente, me recuerda que no es mi madre con quien mi padre comparte su cama ahora.
Tomo el trabajo con brusquedad y mi padre suelta un bufido, signo de su resignación a que yo y Meredith, nos llevemos como si fuéramos inseparables.
Me acomodo el suéter y saco un libro para volver a esperar el autobús, llegaría tarde por segunda vez en mi historia académica.
No, no me exijo demasiado a mi misma pero no quiero terminar como mi madre con un trabajo a medio tiempo en una gasolinera vendiendo combustible y chatarra que sólo un camionero famélico se animaría a comer en la desesperación, en un pueblo lejos de mi, un recuerdo permanente de sus malas decisiones amorosas, y lejos de mi padre quien la cambió por una alumna de la universidad en la cual él, trabajaba. Es fácil decirle a tu padre o madre "sería un placer terminar como tú" cuando tienen un buen trabajo y una vida estable y libre de caos.
El autobús hace su llegada triunfal a la parada que se encuentra en la esquina de la cuadra en donde yo vivo, con sus sonidos extraños que te hacen imaginar que, con apoyar tu pie, desbaratarías todo el autobús, su olor es característico y por eso tomo mi bicicleta siempre, para evitar estas cosas.
Podría hablar sobre Meredith y el incidente con mi bicicleta mientras ella podaba el césped con ese armatoste que hizo que mi padre le comprara, o como riega las plantas con la excusa de ponerse un short que parece una parte inferior de un bikini y mojarse para que el vecino de enfrente le observe con descaro. Pero no.
Hablaré de como mi contratiempo y mi ineptitud para organizarme correctamente, me hicieron chocar con Jason unas horas más tarde, aunque aún es temprano para dar ese salto olímpico hasta ese momento incómodo.
Verán, mi escuela consta de tres simples grupos: los populares, los neutrales y los nerds. Afortunadamente, pertenezco al grupo del medio aunque eso significa ser ignorada por medio mundo, lo prefiero más que ser de la que Melissa se burla por ser más inteligente que ella. Así hace con cada chica nerd de la escuela, a excepción de mi. Oh, debe de sorprender pero es así. El hecho es que mi hermano es un universitario del cual ella está enamorada, aunque el no la registre, salga con otras y demás, sigue ahí. Eso me hace intocable para ella, a pesar de que jamás ha intentado hacerlo, bueno pues tiene un motivo, o quizás dos. La encontré fumando hierba en el baño, me intentó sobornar para que no hablara pero le dije que estaría bien. Supongo que su manera de pagarme era esa, no metiéndose conmigo además, de que menos que menos mi hermano la registraría de ese modo si me llegaba a molestar de alguna maneera.
Salir de la escuela temprano, como ese día, me daba la oportunidad de ir a mi café literario favorito, los días de Lunes a Jueves no encontrarías a ningún chiflado haciéndose el poeta leyendo poemas tan malos como la supuesta verdad de que las Kardashian jamás se han operado. Tenías el café para ti solo, pedías, te sentabas en un sofá o sillón viejo y destartalado consumido por la humedad y comenzabas tu lectura o simplemente te puedes poner con tu notebook. Tendrán muebles viejos y con moho pero pueden pagar un WiFi decente al menos.
Terminé "La pasión por Egipto" y tenía intenciones de hacer un post respecto a ese libro más tarde en mi perfil de "In love with my book", una comunidad de internet muy reducida pero muy interesante si te gusta la lectura.
Salí muy tarde del café y un estacionamiento de supermercado estaba siendo víctima del espectáculo de Melissa y ese chico que en ocasiones lo vi por la institución. Así es damas y caballeros, teniendo relaciones contra la pared de un pobre estacionamiento. Desagradable, me fui rápido pero no lo suficiente, evidentemente.
Se preguntarán por qué digo esto último, llego a mi casa y al intentar abrir la puerta alguien me da vuelta bruscamente para quedar frente a frente. El chico.

-Si has sacado fotos, te demandaré y mis padres te harán trizas, es juez. Más te vale tampoco hablar de lo que hayas llegado a ver porque puedo hacer de tu vida un miserable infierno.
Me quedé helada, pero tuve el " coraje" de responderle de manera educada, a diferencia de como el me había hablado.

-No ganaría nada difamando a alguien que no conozco, tampoco ganaría nada sacando fotos si a duras penas sé que ustedes asisten a mi colegio y si, ya terminaste de escupir la autoridad de tu padre en mi cara, te agradecería que te retires de la puerta de mi casa porque, en vez de tener sexo en estacionamientos, me preocupo por mi futuro académico.
Sin darle tiempo a que responda, abro la puerta y se la estampo en su rostro, subo a mi habitación y tomo a mi gato en brazos deseando ser un felino sin preocupaciones como el.
La cama me reclamaba como una amante exigente, pero a pesar de que quería a ese fuera de mi puerta, estaba preocupada por mi futuro académico. No pegaría un ojo en toda la noche así que, hacer tareas de repente, se convirtió en mi noche de desvelo. Adelanté trabajos de meses y probablemente eso me daría un fin de semana libre para descansar y salir, a pesar de ser presa de querer tener las mejores calificaciones para una buena universidad, tenía amigas. No del mismo colegio, éramos vecinas.
Me duché y me cambié para dormir, reposé mi cabeza en la almohada y me olvidé del evento extraño que tomó lugar en mi noche, cayendo en un sueño plácido.

UndefinedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora