Notas de Autor

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No sé cuantas veces he escrito esto, ni siquiera tienen que leerlo, ni nada por el estilo, tan solo explicare lo que sentí al escribir "Sé la luz", puede ser banal o absurdo. Capaz me vaya por la tangente, quien sabe. Son libres de no leerlo.

La historia nació repentinamente mientras caminaba, incluso recuerdo que era un día soleado y con un viento ligero que rozaba mi rostro, entonces me imagine a Jaehyo con una mirada triste en los ojos, mirando el cielo y como una infinita tristeza lo envolvía y poco a poco todo empezó a cobrar color. Visualice la sensación, el escenario y los sentimientos que me produjo esa escena. Un dolor y una felicidad, ambas combinándose y estremeciendo al que viese esto.

Días después, mientras caminaba, me imagine a todos los chicos de Block B metiéndose a una camioneta, pude ver la desesperación de Taeil, como cada uno de los chicos asentían con la mirada y la camioneta acelero, las ruedas hacían un chirrido por la ruta, entonces Jiho apretaba el volante y susurro "Vamos a salvar a Jaehyo"... todos había muertos, logrando ese objetivo. Jaehyo, quien estaba en el hospital, salió de su cuarto y con la mirada triste miro el cielo, él no sabía que había pasado pero se había salvado.

Sin embargo, estas escenas fueron el boceto del primer final que imagine, "Sé la luz" tuvo varios finales uno peor que otro, y los fui desechando porque eran producto de una fuerte corriente de inspiración, y en mi caso, puede ser un terrible caos donde nada tendría ni pies ni cabeza.

Entonces me quede con las sensaciones que imagine y los escenarios que visualice... supe que si pulía la historia sería algo muy hermoso. Cada vez que caminaba imaginaba más y más, con calma y paciencia, fue cuando supe que esta historia tenía tintes muy tristes y momentos muy hermosos.

¿Una historia en donde radique la tristeza y la felicidad tomadas de la mano? Esa fue mi pregunta y para alguien como yo, quien iba a empezar a escribir una historia larga por primera vez fue un desafío demasiado grande. Algo que siempre he creído es que no hay historias malas sino historias que son tan grandiosas que no está a la altura del escritor. Temí que eso me pasara.

Una de las razones por las que tarde mucho en actualizar es que trataba de que la historia no me supere sino, ser yo quien domine a la historia.

Era consciente que mi narración no era buena, me molestaba conmigo misma por no poder transmitir lo que imaginaba, me faltaba palabras y eso me limitaba mucho, mis escenarios y sensaciones no podían ser volcadas por mi falta de lectura. Fue cuando retome la lectura con más fuerza que nunca, esto habrá pasado para el segundo o tercer capítulo, incluso yo note cómo evolucione y me puse muy feliz al darme cuenta que estaba colmada de muchas palabras y tenía muchos recursos para narrar a mi gusto.

Mis grandes problemas eran poder transmitir emociones a través de mis personajes, soy muy seca respecto a esto, además el tipo de libros que yo leo no son historias románticas donde, al menos tendría una guía de cómo narrar ese tipo de situaciones, sino mi preferencia de lectura es otra, me gusta leer a los escritores "viejos", las novelas juveniles no me atraen tanto aunque he leído una que otra. Tampoco quería que esto me limitara así que hice lo mejor que pude usando mi imaginación.

Cuando me dispuse a darle vida a la historia, sabía que debía matar a Taeil, pero cuando lo hice lo odie y no por matarlo, no me tembló la mano en hacerlo sino que sentía que carecía del impacto que deseaba. No esperaba una respuesta buena, ni siquiera esperaba nada porque recién empezaba a publicar historias. Entonces me sorprendí al ver la reacción de todos, aún sigo sorprendida.

Cada vez que publicaba un capítulo sabía cómo iban a reaccionar, lo sabía y sonreía, no porque me regocijara por el sufrimiento ajeno, sino porque estaba logrando trasmitirles las sensaciones que imaginaba. Nunca llore al escribir, tal vez una lagrima se asomaba y varias veces me quedaba una sensación en el pecho, pero cuando lo volvía a leer no sentía nada y es cuando dudaba mucho.

Sé la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora