Narra Sam
— ¡YO ENTRARÉ PRIMERO! — Grité agarrando mi sujetador y las bragas, para luego correr hasta el baño.
— NI SE TE OCURRA — Gritó Sarah y se tiró encima de mi, haciendo que todo lo que tenía en mis manos se cayera al suelo.
— ¡QUE TE PASA IMBECIL! —Grité y tomé de su cabello para jalarlo hacia abajo.
— YO PEDÍ EL BAÑO PRIMERO, YO ME DUCHARÉ PRIMERO — Dijo imitando mi acción.
— CHICAS, NO SON ANIMALES! — Gritó mi madre separándonos. — Que alguna se bañe en nuestro cuarto, ustedes dos bien saben que hay dos baños en esta casa, y por eso no se tienen que pelear. — Nos dijo mi madre.
— Entonces yo me baño en este y Sam en el tuyo. — Dijo ella, pero este baño tenía la tina y el otro no.
— Oye, YO quiero la tina. — Le dije a ella. — Oh claro, ya sé para que la quieres. — Dije sonriendo. — Te vas a ... , ¿Verdad?
— ¿QUÉ?, ¡CLARO QUE NO! —Me gritó ella.
— Agh, sigan ustedes, mi baño está libre — Dijo mi madre yéndose de allí.
— CLARO QUE SÍ, TE VAS A METER LOS DEDOS EN LA TINA DONDE YO ME BAÑO, ¡COCHINA! — Ella empezó a quedarse roja y tragó saliva.
— SAM NO SEAS ESTÚPIDA, YO NO SOY COCHINA. — Dijo empezando a enojarse.
— Ajá si, con permiso perra. — dije empujándola y abriendo la puerta del baño.
— UY QUE GANAS DE .. — no pudo terminar lo que dijo, su mano terminó en mi mejilla.
— SARAH, ¡AHHH!, TE ODIO ESTUPIDA DE MIERDA. — le grité, entré al baño y de un portazo cerré la puerta.
***
— Mamá mandó que bajes, ¿Ya estás lista? — Preguntó Sarah detrás de mi puerta. Hoy era el cumpleaños de la empresa de mis padres, iba a ser todo super lujoso y yo quería ir más linda que mi hermana, ya que habrán chicos.
— No te interesa, dile que ya bajo.
— En ese caso, no soy tu mensajera. Adiós idiota.
Rodeé los ojos y me terminé de pasar el aceite en el cabello, ya estaba lista.
— Me caso contigo. — Dije mirándome al espejo y me guiñé un ojo.
Agarré mi móvil y salí de mi habitación, bajé las escaleras y cuando vi a mi hermana..
— ¡NO!, POR QUÉ..
— SÁCATE ESE VESTIDO AHORA, ESTUPIDA. — Así es, estábamos vestidas de igual manera.
— SÁCATELO TÚ, A MI ME QUEDA HERMOSO. — me gritó.
— BASTA CHICAS. — gritó mi madre, nosotras la miramos y ella me entregó una bolsa. — Te compré esto, sabía que esto pasaría.
Agarré la bolsa y subí a mi habitación. Al llegar, saqué lo que estaba adentro de la bolsa.
— Sarah me va a envidiar toda la vida — dije y me reí.
Al terminar de cambiarme, con mucho cuidado bajé las escaleras.
— Tengo más tetas que tú. — Le dije a Sarah, ella suspiró y no dijo nada.
Fuimos hasta el auto y allí nos dirigimos hacia la fiesta.
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Las gemelas Bousard #ArtAwards
HumorLas gemelas Bousard no son como las típicas hermanas. Se odian mutuamente, maldicen el día en el que sus padres mantuvieron relaciones sexuales para 9 meses después tenerlas a ellas. Si tuvieran la oportunidad de hacerse desaparecer una a la otra...