Por fin llegaron al país encantado, que parecía una inmensa feria: ¡había caramelos y helados por todas partes! Pinocho no paro de jugar con los niños y se sentía muy feliz. A los pocos días, a todos los niños les comenzaron a crecer la orejas. Luego se les llenaron de pelos y, poco después . las manos y los pies se les convirtieron en pezuñas. Todos se transformaron en burros, porque no querían estudiar. Al verlos, el director de un circo los atrapo uno a uno para su espectáculo. El pobre pinocho se vio obligado a hacer piruetas en el circo hasta que se rompió una pata y su malvado dueño lo abandono por inservible de vuelta a casa, pinocho tuvo que soportar las burlas de sus compañeros por sus orejas y su cola de asno. Entonces, se arrepintió mucho por haber tan desobediente y pidió ayuda al hada azul.