Cuarenta y ocho

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No llegué...

Leí tarde la carta, medité y cuando me decidí no supe que ponerme, cuando me vestí olvidé dónde dejé mis llaves, y cuando las encontré eran las 5:15.

Fuí y Mark ya no estaba, me senté y conversé con la mesera, me dijo que Mark se había sentado y a las 5:30 se fue llorando.

Mark cambió su número, no pude comunicarme con él. Le escribí un correo y al salir me encontré con una de sus amigas, la cual me contó que se iría de Londres.

Ahora estoy llorando en mi cuarto, enojado conmigo mismo y con Mark, por ser tan orgulloso.

Broken HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora