-Mañana a primera hora habremos partido hacia Palacio -gritó Donghae, mirándo las caras de los aldeanos reunidos, todos y cada uno, atentos a las palabras del príncipe. Otra voz se alzó a la multitud, haciéndo las aclaraciones necesarias para el grupo que osados cambiaformas que se unirían al combate
-durante la noche de hoy, os pedimos que descanséis, será un viaje largo, y no olvideís vuestros suministros necesarios - con ello, el pelirojo hubo terminado, mirándose directo con el mayor y asintiendo en acuerdo mutuo, antes de bajar del borde de la fuente y reunirse con los aldeanos que habían atendido a su llamado con tan buenos ánimos
Una larga y agotadora semana había transcurrido desde que el primer anuncio oficial hecho hacia el pueblo. Con fortuna, las palabras y pensamientos del príncipe de Ghealach habían sido cumplidas; en un principio, el miedo se había dibujado en los rostros de hombres y mujeres cambiaformas, negándose y dándo un paso atrás cuando a unirse al frente se refería, inclusive, por la falta de fe hacia la nueva alianza con las Tierras de la Luna, pero pasados unos días determinates, y con el paso de los príncipes por cada aldea cercana, la fidelidad que vivía en los corazones del pueblo resurgió, fuerte, entera y tenaz
El príncipe Hyukjae dió un salto, bajándo finalmente a la firme tierra, viéndo al mayor imitarle en secuencia, miró una última vez a las personas que ahora se retiraban, dándoles la espalda tras haber escuchado los pedidos que hacían, afortunadamente, la mayoría de espaldas que notába alejarse, serían las mísmas que se pondrían en marcha rumbo al centro de las tierras, esperándo unirse a la batalla
De entre los aldeanos, una pareja de mediana edad caminó animosa hacia ambos príncipes, mostrándo sus sonrísas sinceras -Majestad Kim -inclinó la mujera su cabeza, dejándo caer su cabellera ébano -Majestad Lee -prosiguió el hombre que la acompañaba, salúdando respetuoso de igual manera al aludido
El castaño contestó el saludo, esperándo las palabras de aquellos desconocídos
La morena alzó el rostro entonces, tomándo entre sus manos las del Príncipe Kim -es un honor poder conocerle -dijo, palmeándo con suavidad femenina la mano -nosotros hemos venido desde el sur, esperándo escuchar alguno de vuestros famosos discursos y, por supuesto, unirnos
Donghae contestó inevitablemente a la sonrisa tan dulce y acogió sus manos con calidéz -lo agradecemos bastante -asintió, mirándo ambos rostros con solemnidad
-Las aldeas del sur han escuchado de nuestra homília[1] -el pelirojo exclamó, guardándo cierta sorpresa de que las noticias se hubiesen esparcido a tal velocidad, era cierto que habían enviádo mensajes a cada jefe de aldea en las tierras del sol, sin embargo, era impresonante lo rápido que una notícia pasába de boca en boca, de oído en oído, incluso más que por aire
El hombre de cabello negro cual noche, se acercó cortés al león negro -Mi Lord, sepa usted que puede contar con la lealtad de las aldeas del sur, puesto que no sólo las noticias de vuestros alegatos han llegado, si no, también historias sobre vuestra nobleza y buena fe -se inclinó una vez más con respeto -será un honor compartir el campo de batalla con usted
El pelirojo miró al hombre inclinado frente suya y una extraña emoción comenzó a surgir en su pecho, y, no pudo nombrarla hasta que las comisuras de sus labios quisieron elevarse >"Dicha" sea nombrada<
-Su padre siempre fue un hombre recto majestad, ayudó en demasía a nuestro pueblo cuando las sequías, nos encontramos en deuda -terminó de expresar la mujer, habiéndo finalmente soltado las manos jóvenes entre las suyas
Kim asintió satisfecho y en agradecimiento -porfavor descansen cuanto sea necesario, como hemos mencionado, el camino de regreso será extenuente
-Lo haremos majestad -aceptó ella -pensábamos pasar por la verbena de la aldea por unas horas y después tender nuestro cobijo
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The King [Haehyuk +18] -PAUSADA HASTA NUEVO AVISO-
FanfictionDos razas nuevas han sido creadas, la dorada como el sol, y la negra cual noche, la guerra es inevitable, pero el destino también, y el amor entre contrincantes parece florecer en medio de la tempestad Tres cosas son las necesarias para triunfar, E...