Desafío Elemental

Fylgja

Arkishia. El nombre que provoca escalofríos al ser pronunciado y que todos temen. Ese, es mi nombre. Yo soy la reina del hielo. Todo aquel que tiene las agallas de enfrentarme acaba muerto. Por eso nadie se atreve a desafiarme. Todos me temen y así ha de ser, pues no toleraré que se interpongan en mi camino. Sólo los más necios aún se atreven a desafiarme, pero nadie puede derretir mi hielo. Nadie, excepto ella. Pero no voy a dejar que me gane. Sé lo que se propone, pero este reino sólo se merece sufrir por los pecados cometidos. Nadie se salva, todos son culpables. Todos son iguales. Unos seres de forma humana que no tienen ni corazón ni piedad y que sólo quieren ver correr sangre. Así son ellos. Así serán. Ellos jamás cambiarán.

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Me despierto chillando y con gotas de sudor recorriendo mi espalda. Volví a tener el mismo sueño. Ese maldito recuerdo no se va haga lo que haga. Siempre es lo mismo. Siempre sueño con la primera vez que luché contra ella. En ese entonces sólo éramos unas crías. Teníamos unos 19 años cuando nos enfrentamos. Arkishia es la mejor rival que he tenido durante toda mi vida. Mi fuego del Fénix contra su hielo, una batalla épica que nos dejó a ambas exhaustas y desmayadas en el suelo. Tuve suerte de ser la primera en recobrar el sentido, pues ella me hubiese matado si no me largaba de allí. Todos estos años, exactamente 9, he estado planeando mi regreso y mejorando para poder acabar con su vida y obtener mi venganza, además de libarar mi pueblo de sus crueles manos desde que se convirtió en reina a los 17 años. Ella es un monstruo, un ser despiadado que sólo mata por diversión. Mis padres murieron en sus manos sólo porque ayudaron a una persona a la que ella odiaba con todo su ser.
Pero mi momento ha llegado. El fuego del Fénix arderá y derretirá todo rastro de hielo y el sol volverá a brillar en nuestras tierras, pues ni eso es posible gracias a la niebla que su poder provoca, dejando las montañas y todo lo que nos rodea envueltos por esta. Pero yo también he mejorado desde nuestra lucha. He viajado por todo el continente en busca de valientes guerreros para derrotarla y tonar el castillo. Ahora mi ejército está completo y ha llegado la hora de que Fylgja sea libre de nuevo. En dos días atacaremos el castillo y derrocaremos a la reina del hielo de una vez por todas. Pero ahora mismo debo ir a ver a Hati y Sköll, mis más fieles guerreros. Ellos son dos hermando lobos, Hati representa la Luna y Sköll el Sol. Su magia es muy poderosa, por eso se encargarán de proteger a los ciudadanos impidiendo que cualquiera del ejército del hielo salga del castillo. Ellos serán nuestra última defensa y nuestra barrera. Vamos a reunirnos para determinar las posiciones de cada uno y cuales serán los pasos a seguir el día de la guerra.
Me levanto perezosamente, me baño,  visto y como antes de salir de  la pequeña posada en la que paso las noches. Aquí nadie me conoce, experto Arkishia. Ella es la única que sabe de mi. Os preguntaréis por qué no soy buscada por la gente, o por qué no hay carteles con recompensas de "Se busca". Eso es fácil. Porque ella es igual que yo. Sabe que volveré a por ella y me está esperando. No necesita buscarme porque yo misma iré a ella.
Llego al bosque en una cueva donde me encuentro con los dos hermanos lobos. Tras planificarlo todo y decidir que Sköll se colocará al este y Hati al oeste vuelvo al pueblo y doy un paseo para tantear el terreno y comprar algunas cosas que necesitaré para la lucha. 

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Ese día me levanto tras tener de nuevo esa pesadilla. Odio recordar eso. Odio recordar lo débil y patética que era cuando era chica. Esos malditos cabrones me usaron como un trapo. Me violaban cada noche, me obligaban a trabajar todo el día y apenas me alimentaban. Para ellos sólo era un juguete. Hasta que descubrí lo poderosa que era y les maté a todos. Se lo merecían. Después de eso estuve entrenando cada día para mejorar y llegar lejos. Me propuse no ceder de nuevo ante nadie y no dejar que nadie vuelva a utilizarme. Por eso tengo el poder del hielo, porque carezco de sentimientos y soy tan fría como este. Por donde pasaba sólo encontraba miseria, odio, ira, traición... Estos seres son unos monstruos sin escrúpulos. Gente que sólo sabe utilizar a los demás para conseguir lo que quieren. Todos son iguales, no les importa nada salvo beneficiarse de lo que sea y como sea. Por eso me entrené intensivamente y maté al antiguo rey cuando cumplí los 17 años. He matado a muchos durante mi reinado, pero la mayoría apndieron a comportarse como los peones que son y a respetar mis órdenes a cal y canto. Desde esnotnces soy conocida como la reina más sangrienta de todo el continente. Sólo ella es capaz de matarme, esa maldita poseedora del fuego de Fénix que va siempre con su escopeta. La primera vez que luchamos me dijo que era por venganza, pero si maté a alguien importante para ella me da igual. Se lo merecían. No sé por qué los maté ni me importa, sólo sé que se lo merecían.
Después de quedarme un rato más en la cama recordando nuestra lucha fuy a bañarme, comer y vestirme para comenzar un nuevo día dirigiendo a mis súbditos y entrenando a no ejército.