It's okey (Sterek)

It's okey

Estaban frente a frente, ambos jadeantes, heridos, con cortadas profundas y algunas superficiales, bañados en sangre. Derek sabía que no iba a salir de esa, a pesar ambos eran seres sobrenaturales, con poderes de recuperación, fuertes, pero solo ella, la bruja, era manipuladora de la magia oscura, un arte tan antiguo como peligroso que termino por consumir su alma y deteriorar su cuerpo, quedando como el recipiente de algún demonio.

Escucho un aullido. Era Isaac, debía de estar luchando en algún lado de esa engañosa casa como el resto de la manada. La casa era una trampa, una celda que actuaba como un laberinto sin salida, llena de peligros y criaturas amorfas invocadas por la misma bruja. Volvió a escuchar, estaba vez un grito, Alison. Gruño y sus ojos se tornaron rojos de ira e impotencia, podía escucharlos, a cada uno de ellos, pero no podía ayudarlos, él también estaba atrapado.

- Escúchalos gritar Derek ¿no es deleitoso? -Habló la bruja, con una voz inhumana.

- Cállate.

- Tanta sangre. Siéntelos delirar Derek, como mueren.

- Ya basta- crispó todo su cuerpo y su respiración se hizo más pesada.

- Sufrir-dijo con lascivia, relamiendo sus oscuros labios.

- ¡cállate!

Rugió.

Se abalanzó contra la bruja y la embistió con violencia, arrojándola contra la mesa de piedra, que había sido el altar de sanguinarios y grotescos sacrificios. Intento atravesarle el cuello con sus garras, pero la mujer usando su poder, lo tiro contra la muralla, golpeándolo con furor contra el pedrusco. Por poco no pierde la conciencia, pero el golpe lo dejó aturdido y en el suelo. La nigromántica se aproximó lentamente.

- Derek, tan solo y desgraciado – se arrodillo a un lado del aún desorientado lobo. – pobrecillo animal, gimiendo de dolor como bestia atrapada en una trampa de cazador, pobre, solo te espera la muerte Derek, pero no tiene por qué ser así.

La mujer comenzó acariciarle la frente en un gestó aparentemente maternal, que solo demostró cuanto estaba retorcida esa mente. El Alpha un poco más lúcido trató de resistirse al tacto.

- Tranquilo pequeño, no tienes por qué morir, ninguno de los tuyos si lo deseas.

- Y eso... -respondió con dificultad, mirándola a los ojos. - ¿a cambio de qué?

- Oh, tantas cosas Derek, tantas que podrías ofrecer, pero yo solo pido lealtad ¿puedo obtener tu lealtad?

- Antes muerto, puta.

El lobo descargo un puño en la cara de la bruja, pero este solo atravesó una cortina de humo negro, parpadeo, la mujer se había transportado al otro extremo del lugar.

- Oh vamos Derek ¿no quieres nada? - sonrió mostrando sus afilados dientes- ¿Acaso no hay algo que anheles con desesperación, una añoranza? Si, un sueño, ya lo veo.

La bruja camino calmosamente hacia Derek, quien agudizó todos sus sentidos al máximo, esperando su ataque.

- Déjame mostrarte lo que puedo darte

***

Derek abrió sus ojos. Estaba frente a una puerta. La puerta de la que alguna vez fue su casa. El incendio la había destruido por completo, dejando solo madera quemada, cenizas y una dolorosa soledad. Un ruido lo sobresaltó, eran risas, risas de niños. Totalmente desconcertado, observó el lugar. Efectivamente era su casa, pero distinta, no estaba quemada y olvidada, la madera había sido cambiada y pintada, ventanas sin vidrios rotos y cubiertas con coloridas cortinas, el pasto que rodeaba la casa estaba muy bien cuidado, había macetas con distintos tipos de flores, pero lo que más llamó su atención fue el columpio que colgaba de ese árbol, aquel donde solía jugar con su hermana y primos cuando niños.