Capítulo 5

31 3 10
                                    

Harry y yo estuvimos en el agujero el resto del día. No nos preocupamos por las clases, pues ambos salíamos temprano y decidimos quedarnos allí un buen tiempo, haciendo de todo y nada a la vez.

-Abre. -dijo y por su tono de voz supe que estaba sonriendo. Claro que ayuda el hecho de que la mayoría del tiempo está haciéndolo. Yo obedecí y abrí la boca.

Estábamos jugando a "Adivina que es".
Por turnos, nos tapabamos los ojos con un pañuelo que él suele llevar para su sudor (estaba limpio, gracias a Dios) e intentábamos descifrar lo que el otro nos daba a comer. Sin embargo, con la gran variedad de Doritos, Ruffles, Cheetos y algunos caramelos, no teníamos mucho de donde escoger. Pero nos divertiamos tratando de describir el sabor.

Él deja una cosa algo viscosa y blanda en mi boca. Supe que era una gomita.

-Es una gomita de piña. -sonreí divertida mientras buscaba el nudo para desatarme el pañuelo.

-¡Bingo! -rió y escuché un siseo, se estaba sacudiendo las manos. Las sentí en las mías alejandolas del nudo. -Espera, un bonus extra. Te ganas un helado triple, los sabores que quieras si adivinas esta.

-Mm suena tentador. -dije tratando de sonar como si estuviera pensándolo. Pero para los dos, era más que obvio que ya habia aceptado. ¿Cómo resistirse al helado triple? Imposible.

El hecho de carecer en este momento de mi campo de visión no ayuda mucho a soportar mi miedo. Odio esta sensación, me desespera grandemente. Uno de mis peores miedos es quedarme ciega por completo; nisiquiera soporto la oscuridad por asociarla con la ceguera.

Lo sé, es algo ridículo. Pero díselo a mi corazón martillando contra mi pecho.
A tientas busco a Harry, él está muy callado y eso no me ayuda a calmarme. Pero al tocarlo, si me ayuda el hecho de saber que está aquí, conmigo.

-¿Estás bien? -su mano roza mi mejilla derecha y mi respiración se normaliza. Asiento y con un gesto de mano le insisto para que haga algo. Abrí la boca, esperando dorito, ruffle o caramelo o gomita.

Pero en su lugar siento, demasiado cerca, su aliento mentolado mezclado con todo lo que acabábamos de comer. Me parece ilógico que todavia mantenga su aliento con menta, pero es algo que lo caracteriza.

Antes de que pudiera seguir pensando en su aliento o preguntarme la razón por la cual está tan cerca de mi, sus labios están pegados a los míos y me quedé paralizada.

Es un beso muerto, nuestros labios no se mueven, solo están pegados sin más. No me atrevo a moverlos, alejarme ni nada. Es como si estuviera pegada a ellos, literal.
Poco a poco sus labios empiezan a moverse e involuntariamente los mios igual, haciendo que mi corazón comience a latir hasta tal punto de sentirlo en mi garganta.

El beso era suave, lento. Y eso hacia que mi corazón fuera más rápido; entre más lento el beso, más rápidos mis latidos y, no sabia si podía, pero sentia los suyos igual. En ese instante sentí su lengua deslizarse a mi boca buscando la mía y le respondí. Sentía que estaba siendo controlada, o estaba dormida sin poder moverme a mi voluntad, sino que mi cuerpo respondía por sí solo, o al menos mi boca.

Sentí su respiración un poco agitada. La mia estaba igual, necesitaba aire. Pero mi boca no obedecía a mi cerebro cuando le ordenó que se apartara. Solo pude tomar aire cuando Harry llevó mi mano a su cuello y dejó la suya en mi mejilla separando sus labios a escasos centímetros de los mios. Yo sentía mis labios arder, a punto de explotar y pidiendo por más.

Pero eso siempre me causaba un beso suyo. Era... No lo sé, no puedo describirlo más que como una corriente eléctrica, salvo que esta en lugar de matarte del impacto, lo hace lenta y satisfactoriamente haciendo que desees más.

-Menta... Doritos... Cheetos... Caramelo de fresa. Gomita de limón y... Una hamburguesa con queso del almuerzo. -murmure. Apenas audible pero él, a esa cercanía, debía entenderme claramente.

-Ding ding... Tenemos una ganadora. -siento su sonrisa contra mi boca y su nariz rozando la mía. -Te ganaste el helado.

-Jugué limpio. -sonreí llevando mis manos al nudo del pañuelo y esta vez me ayudó a deshacerlo. -No como otros...

A él pareció llenarlo de orgullo mi comentario. Pero antes de que dijera algo, se vio interrumpido por el timbre, anunciando que este día habia finalizado.

-Vamonos. Aún tenemos que ir a cuidar a Ben. -dijo apartando la manta de nosotros y se puso sus zapatos. Yo lo imite con los míos.

A decir verdad, me sorprendió que recordara lo de Ben, y que aún estuviera dispuesto a ayudarme. Le agradecí su gesto.
Él bajó primero, sin problema alguno ya que prácticamente alcanzaba al suelo sin el mínimo esfuerzo. Me ayudó a bajar, dejando sus manos en mi cintura para cargarme y bajarme.

Sin embargo, cuando me dejó en el suelo tropecé con mis pies (sí, me pasa seguido) y si no fuera por sus reflejos, estaría tumbada de boca en el piso. Por ese movimiento quedamos muy cerca nuevamente, pero antes de que él se acercara buscando mi boca, yo me alejé.

-Vayamos con Ben.

Él asintió pero cuando quise pasar por su lado, me tomo de la cintura y me besó los labios. Se separó antes de que pudiera reaccionar.

-Ahora sí, vamos. -sonrió complacido y comenzó a caminar jalandome detrás de él.
A veces quiero golpearlo. Bueno, a veces no. Siempre quiero golpearlo.

----------------------
¡Hola! Ya hacía mucho que no publicaba nada... Pero intentaré hacerlo más seguido. Aunque no mucha gente lee pero es también una especie de "escape" para mi. Y hago lo que me gusta así que no importa 😊

En multimedia está el "agujero". Imaginenlo así pero repleto de libros y comida.

Bueno, espero lo hayan disfrutado

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 25, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

My beautifully disastery life [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora